Nació el 24 de mayo de 1880 en México, D.F.; murió el 18 de abril de 1968. Ingresó a la Academia como miembro de número el 22 de abril de 1919. Fue el 3° ocupante de la silla número VI.
Realizó sus estudios en el colegio de Stony-hurst, en Inglaterra; cuando regresó a México, se dedicó a su vocación intelectual, la investigación en historia y arte. Fue un gran erudito en las artes plásticas, particularmente en la pintura desde el Renacimiento hasta el siglo XIX.
Como docente, dio clases en la Escuela de Altos Estudios, después en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de México, y dictó cursos de literatura inglesa de la época isabelina, entre otras.
Hizo traducciones de Keats y Lord Dunsay; fue miembro del Instituto de Investigaciones Estéticas durante veinte años.
Por otro lado, desempeñó el cargo de bibliotecario del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, y tuvo un cargo de importancia en el Departamento de Extensión Universitaria.
Fue distinguido como Caballero de la Soberana Orden de Malta y también del Santo Sepulcro. Asimismo, perteneció al Árcade Romano con el nombre de “Gliconte Tirio”, a la Academia de Bellas Artes de San Fernando, fue miembro de número de la Academia Mexicana de Historia.
Don Manuel Romero de Terreros firmó algunos de sus escritos con su título de Marqués de San Francisco, que heredó por la Casa de Regla y el Marqués de la Pedreguera.
Algunas de sus obras fueron Ex Antiquis, Bocetos de la vida social de la Nueva España (1919), Las artes industriales en la Nueva España (1923) El pintor Alonso López de Herrera (1934) Cosas que fueron (1937), Paisajistas mexicanos del siglo XIX (1943) Grabados y Grabadores en la Nueva España (1948), La iglesia y convento de San Agustín (1951), El arte en México durante el Virreinato(1951), Teatro breve (1956) y La puerta de bronce y otros cuentos (1957).