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josé pascual buxó
tercero”; en tales casos –dice– “se empleará el cuarto en vez del segundo y
el segundo en vez del cuarto”, de suerte que lo que se predique del primero
lo sea también respecto del tercero. Si consideramos –por ejemplo– que “la
vejez es a la vida como la tarde es al día, entonces llamaré a la tarde vejez
del día y a la vejez tarde de la vida o, como hace Empédocles, ocaso de la
vida”:
18
(A) (B)
Paradigma 1) Vejez ------------- Vida
(C) (D)
Paradigma 2) Tarde -------------- Día
Definidos los lexemas /
vejez
/ como “última edad de la vida” y /
tarde
/ como
“distancia del mediodía al anochecer”, la permutación de sus respectivos
semas nucleares propicia la sustitución analógica de sus significantes (
tarde
por
vejez
y viceversa), y, por ende, la fusión semántica de los elementos
pertenecientes a cada una de las series correlativas (A = C+B y C = A+D),
que dan sustento y coherencia a la expresión figurada por causa de su más
amplia inserción en el conjunto de determinados contextos relativos al
“transcurso” y “agotamiento” de una etapa de la existencia o del tiempo. De
ahí también que los hablantes, yendo más allá de las nociones universales
significadas por las palabras, evoquen la imagen de algún tipo o ejemplar de
los entes u objetos mentados, fenómeno ya advertido por Aristóteles cuan
do, al tratar de las relaciones entre sensaciones, imágenes e intelecciones,
concluía que cuando el alma “contempla intelectivamente, se contempla
a la vez y necesariamente alguna imagen”, puesto que “las imágenes son
como las sensaciones sólo que sin materia”.
19
El hecho de que las nociones abstractas transmitidas por los signos ver
bales sean susceptibles de presentarse a nuestra mente por el intermedio de
imágenes fundadas en una previa experiencia perceptiva (ya sea natural o
18
Aristóteles,
Poética
(XXI), texto, introd., trad. y notas José Alcina Clota, Barcelona, Bosch,
1977.
19
Aristóteles,
Acerca del alma
,
introd., trad. y notas Tomás Calvo Martínez, Madrid, Biblioteca
Clásica Gredos, 1994.