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josé pascual buxó
mote sintetiza (“Temeritas”, “In temerarios”) y la más historiada
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represen
tación icónica de ese mismo concepto: los caballos desbocados (B) son al
auriga (A) como el capricho o la imprudencia (D) a quien mal se gobierna
(C). En el caso particular de esas invenciones icónico-literarias, la
pictura
evoca la jerarquía conceptual sintetizada por el mote, pero a diferencia de
la analogía de expresión puramente literaria, en las empresas y emblemas,
el plano figurado del paradigma A-B (
v. gr.
“auriga”-“caballos desbocados”)
se manifiesta por medio de una “pintura parlante” que remite al paradigma
C-D (“mal gobierno” - “imprudencia”). Por su parte, la glosa o el epigrama
respectivos hacen explícito el contenido de ambas proposiciones, así como
las mutuas implicaciones de la imagen y el texto, por cuanto que a la prime
ra corresponde la manifestación gráfica del sentido figurado y al segundo su
glosa y aplicación al plano recto de las consideraciones políticas o morales
correspondientes.
No será inútil advertir que el establecimiento de determinados corre
latos entre proposiciones referentes a distintos planos de significación no
depende necesariamente de los estatutos propios de la realidad mentada (es
decir, no se corresponden con un determinado
estado del mundo
), sino de
una artificiosa y atinada invención del hablante, hecha de conformidad con
su propia competencia literaria; de ahí que la alegoría, como la define Gra
cián, sea el resultado de un ingenioso y perspicaz “acto del entendimiento”.
De manera, pues, que ni el sentido recto ni el traslaticio han de responder
fatalmente a un estatuto lógico universal o a una presunta separación natu
ral de los reinos de la pertinencia denotativa y la invención metafórica, sino
que –uno y otro– se constituyen expresamente a partir de las respectivas
funciones semánticas que les hayan sido asignadas en cada caso. Claro está
que la buena fortuna de algunas de esas fórmulas textuales justifica también
su utilización reiterada, por cuanto que entran a formar parte de un pres
tigioso repertorio icónico-literario digno de ser imitado, como es el caso
ejemplar del tópico de la /
nave
/ al que nos referimos antes.
Pues siendo esto así, y considerando además que los indios no compar
tían el mismo contexto cultural ni iguales sistemas de comunicación, en
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Historiado
,
en su cuarta acepción, se dice “de una obra artística: Decorada con escenas relativas
al suceso que representa” (drae, 21ª. ed.).