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josé pascual buxó
que a lo que la Fe te avisa
por el oído; y así
es preciso que te sirvas
de los ojos, para que
por ellos la Fe recibas.
Sin embargo, habida cuenta de la rudeza intelectual que era común acha­
car a los nuevos catecúmenos, engañados por el Demonio con perversos
“remedos” de las “sacras verdades”, no bastarán los “retóricos colores” del
lenguaje traslaticio para alcanzar el fin que la Religión se propone, razón
por la cual será necesario que las alegorías expresadas a través del discurso
figurado vayan acompañadas de una vívida representación escénica y así,
para su más efectiva comprensión, los misterios cristianos deberán serles
mostrados a los nuevos catecúmenos de manera visible y actual, vale decir,
no sólo por intermedio de las figuraciones del lenguaje poético, sino ade­
más a través de las “personas” actuantes en la representación dramática de
un auto sacramental, de manera que los dogmas de la fe católica sean perci­
bidos y entendidos a través de un doble juego de figuras: las que engendra
la palabra metafórica en la imaginación visionaria y las que se manifiestan
en la viva acción dramática del auto. De este modo, aquellos cánticos con­
tradictorios que, al inicio de la loa, entonan la Sinagoga y la Gentilidad, y
en los cuales la primera va aplaudiendo a un Dios y la otra celebrando a un
Hombre,
24
podrán “volverse acordes” , de suerte que
… quien oyere,
logre
en la metáfora ver
que, en estas amantes voces,
una cosa es la que entiende
y otra cosa la que oye
.
24
Anota Méndez Plancarte en
El sueño
, que “El
Cuerpo
, o sustancia de las ideas, las dará la
Sina-
goga:
la Sagrada Escritura, de cuyo Antiguo Testamento fue depositario Israel, y el
Vestido
(la forma
alegórica) lo brindará este mito de la Gentilidad”.