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isidro fabela, la cultura de la justicia
carácter revolucionario fuera de toda duda y que su identificación con el
legalismo y el constitucionalismo tampoco pudieran ser cuestionados. El
hombre preciso era Isidro Fabela.
A fines de 1914, Carranza encomendó a Fabela que viajara a Europa
a fin de allegarse la buena voluntad y el reconocimiento de los países del
viejo continente hacia la causa constitucionalista. La complicada misión de
Fabela podía trazarse de acuerdo con sus objetivos diplomáticos; por una
parte, Inglaterra y Francia, que habían reconocido al gobierno de Victo­
riano Huerta y apoyaban la política estadounidense respecto de México y,
por la otra, Alemania, que buscaba entorpecer y dificultar la relación entre
México y Estados Unidos, con lo cual limitaba el margen de acción de
ambos países respecto de la guerra que se libraba en Europa. Esta primera
misión europea de Fabela dejó un saldo a favor tanto para el movimiento
constitucionalista como para el diplomático. Había exhibido sus plenos
poderes en Inglaterra, Francia e Italia; en cada uno de estos países había
logrado que se le tratara como representante del grupo político dominante
en México, y con ello había obtenido también la sustitución de los diplo­
máticos nombrados durante la época de la usurpación dejando en su sitio
a encargados de negocios, dado que el completo reconocimiento no había
sido posible.
Cuando Fabela regresó a México, luego de casi año y medio de ardua la­
bor diplomática en el extranjero, había completado su educación diplomá­
tica y presumiblemente había encontrado también su vocación más íntima.
A su experiencia como encargado del despacho de Relaciones Exteriores
añadió la de diplomático en misión especial. Las difíciles situaciones en que
había desempeñado ambas labores y la manera inteligente e inquisitiva con
que supo asumirlas lo proveyeron de un entrenamiento que en condiciones
estables hubiera tomado varias décadas. De este modo, la Revolución fue
creando uno de los factores determinantes para su perpetuación: la reno­
vación de los hombres a través de la especialización en áreas del quehacer
público; una serie de experiencias similares a las que vivió Fabela en lo
diplomático se presentaron a otros revolucionarios; la experimentó Vas­
concelos en lo educativo, Joaquín Amaro en lo militar y Alberto J. Pani en
lo financiero.