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eulalio ferrer
Vázquez Ocaña en su semblanza periodística de Julio Verne. Compañías
navieras ofrecen fuertes cantidades de dinero a cambio de que su protago­
nista principal, Philéas Fogg, embarque en uno de sus buques; una firma
champañera pide un contrato exclusivo para que los brindis se hagan con
su espumosa bebida; otra empresa, de ropa, está dispuesta a pagar crecida
suma de dólares a condición de que se identifique su marca en el uniforme
de Passepartout,
el fiel criado que forma parte del intrigante relato.
Convertida en noticia internacional la aventura de
La vuelta al mundo
en 80 días
, los corresponsales de periódicos ingleses, alemanes y estadouni­
denses, situados en París, cablegrafían diariamente las andanzas de los per­
sonajes de la novela. Un diario de Estados Unidos,
The World
, que logra
entrevistar a Julio Verne, presume de ser el más famoso del mundo por la
extensión de sus informaciones y por las confidencias del genial escritor
francés, quien no duda de que su novela será la más conocida de todas
en el mundo. Otro diario,
The New York Journal
, de la poderosa cadena
de William Randolph Hearst, propone al propio Julio Verne que realice,
junto a uno de sus redactores, la vuelta al mundo en 80 días. Al emisario
de Hearst, que lo insta a pedir el dinero que quiera, Verne, tras calcular que
la vuelta se podría dar en la mitad de tiempo, se limitará a contestar: “Lo
que quiero es otro par de ojos”. Según la descripción de George Kent,
La
vuelta al mundo en 80 días
es la novela que más vueltas ha dado al mundo.
Al ser la más vendida, será una mina de oro para el editor y una fuente de
popularidad para el autor.
La lista de títulos famosos es casi interminable. Uno de los siguientes, en
1876, fue
Miguel Strogoff
, llamado primero con lo que después quedó como
subtítulo:
El correo del zar.
El escritor ruso Turguéniev, a quien Verne con­
sultó sobre
el texto, es de los primeros en aplaudir la obra, por su fidelidad
imaginativa al carácter ruso. En
La isla misteriosa
y en
Escuela de Robinsones
trata de competir con el personaje de Daniel Defoe, a quien admira de ma­
nera evidente, aunque a veces lo negara. No faltará una obra monumental,
Geografía de Francia
, ricamente ilustrada, en la que el editor sabe explotar
el crédito alcanzado por Julio Verne como narrador del género a lo largo
de todos sus viajes, exploraciones y aventuras. En una vasta bibliografía
que suma 104 títulos, hay algunos que sólo tuvieron resonancia nacional