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concepción company
La segunda matización tiene que ver con la distinta vigencia en uso de
las voces que se construyen en los dos polos conceptuales. En el drae, las
voces del polo positivo registran un número nada desdeñable de entradas
para las que cabría asignar ya la etiqueta de “obsoleta” o “arcaica”, o por lo
menos “desusada”, del tipo
benemerencia, benefactría, bonaventuriano, bo-
napartista, buenaventuriano, buenandanza
, etc. Con la raíz
mal
-, aunque se
registran también algunas voces desusadas, del tipo
malacuenda, malaestan-
za
,
malandar
, etc., la mayoría de las voces tiene plena vigencia en el español
del siglo xxi. Es decir, el polo cultural positivo no sólo tiene una menor
productividad en el léxico, sino que tiene también una menor productivi­
dad en uso, dado el fuerte concentrado de voces obsoletas; el polo negativo,
por el contrario, es el de mayor productividad en léxico y en uso.
La última y tercera matización es que, curiosamente, muchos de los
compuestos con
mal-,
pero no así los compuestos del polo positivo, llevan
la marca de americanismo, ya sea general o restringido a algunos países; por
ejemplo,
malenseñar
está registrado para Cuba, Chile y Uruguay;
maldoso,
para Costa Rica, Nicaragua y México;
malevo,
para Argentina y Bolivia;
malmodear
, para Ecuador;
malgenioso
y
malcriadez
son etiquetados como
americanismos generales, etc. Debo comentar que no tengo por el momen­
to una explicación para tal concentrado de léxico negativo en los países
hispanoamericanos.
Comparación diacrónica de los dos diccionarios
Si concentramos los datos cuantitativos aportados en los parágrafos §2 y
§3 en un cuadro (cuadro 1 abajo), podemos percatarnos de que en el siglo
xxi, comparado con el siglo xviii, se ha producido un incremento de léxico
negativo de 11%, ya que se pasa de 60% a 71%, incremento que va de la
mano, como es lógico, de un decremento de léxico positivo (40% > 29%).
De cualquier manera, tal incremento debe ser tomado con cierta cautela,
ya que no necesariamente refleja la lengua en uso real, porque ya hemos
comentado que hay en ambos diccionarios voces obsoletas y muy posi­
blemente, como sucede en la mayoría de diccionarios, no todas las voces
realmente empleadas en la lengua aparecen registradas.