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entre el bien y el mal. una pauta de lexicalización
en ambos polos conceptuales, en participios de presente (
benemerens, male-
dicens
) y, mucho más aún, en participios de pasado (
benedictus
,
benefactus
,
maledictus
), que funcionan, básicamente, como adjetivos. Esta alta produc­
tividad de los participios se ve debilitada en parte en el español cuando se
consultan el
Diccionario de autoridades
y el drae.
Si el aumento de léxico negativo en el español es, como parece, una
innovación de nuestra lengua –compartida en buena medida por otras len­
guas romances, como veremos en el siguiente apartado– cabe preguntarse
en qué categorías léxicas se realizó la innovación. Una ojeada comparativa
a las listas de voces de latín y español indica que fueron en primer lugar
los sustantivos y en segundo lugar los verbos las categorías léxicas más pro­
clives a crear nuevas palabras negativas; en tercer lugar los adjetivos y, por
último, los adverbios. Sustantivos nuevos son
malamujer
“especie de hor­
tiga”,
malahierba
, malandanza, malarrabia, malandrín, malaire, malacrian­
za, malcriade
z
, etc., y verbos nuevos:
malanocharse
,
malbaratar
,
malversar
,
malgastar
,
malacostumbrarse
,
malandar
, etcétera.
Lo negativo y lo positivo en algunas lenguas romances
Con el fin de saber si se trata de una pauta de lexicalización exclusiva del
español o fue una innovación romance compartida por otras lenguas her­
manas, he consultado cuatro diccionarios no bilingües, uno para cada una
de las otras dos lenguas iberorromances: catalán (Fabra, 1932/1977) y por­
tugués (Michaelis, 1998), además de uno de francés (Littré, 1881) y uno
de italiano (Zingarelli, 2001).
6
En líneas generales, como veremos ense­
guida, todas las lenguas romances han aumentado, respecto del latín, el
léxico negativo, pero la distancia en frecuencia léxica entre los dos campos
conceptuales no es tan grande en esas lenguas como resulta en la lengua
española. Veamos.
El diccionario de catalán consultado contiene 247 palabras, suman­
do los dos polos conceptuales, que se reparten de la siguiente manera: lo
6
Soy consciente de las diferencias cronológicas de edición de estas cuatro obras, pero es el mate­
rial que tenía disponible en la ciudad de México.