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concepción company
de un documento del Archivo General de la Nación, procedente del ramo
Inquisición, plagado, como verán enseguida, de diminutivos.
Yo, a que te llegues y a que estes aqui
pegadita
, y tú, a retirarte,
peloncita
, ¿ya
me ves bien, hijita mia? ¿Le has dado a tu niño [Jesús] muchos abrazos y muchos
vesos? [...] lo estrechas entre tus pechos. Y que cuando se retiraba y se ponia a
verla, le decia: “vosotras tan
prendiditas
, que aunque soys mugeres como las
otras, no andais como ellas que parecen bacas, como ya os haveis acostumbra
do a traerlos [los pechos]
ajustaditos
y andar
ajuntaditas
” (
dlne
,
1797, 261,
628).
Se trata de la denuncia contra un confesor, que al parecer establecía excesi
va intimidad con las confesadas. Tal concentrado de diminutivos en un tan
pequeño fragmento sólo puede ser obra de un mexicano, y los referentes
aludidos con diminutivo no debían ser tan diminutos, si no, no hubiera
llegado el confesor a la Inquisición de México.
3.
Proliferación de pronombres posesivos y marcas posesivas.
Uno de los ras
gos que de manera más notoria caracteriza la sintaxis del español de México
es la abundancia con que se emplean los pronombres posesivos, muchas
veces de manera redundante o innecesaria, bien porque aparece explícito
dos veces el poseedor, bien porque aparece una forma con una marca de
posesión, cuando en realidad esa entidad no le pertenece a nadie, tal como
muestran los siguientes ejemplos.
Me
duelen
mis pies
, me caminé todo el Centro.
Que luego avisaron a Victoriano Hernández,
su hijo de la difunta
.
Vamos a ponerle
su salsita
.
¿Cómo quiere
su rebanada
de jamón, gruesa o delgada?
A partir de la proliferación de diminutivos y de marcas de posesión surge
una pregunta, con cuya respuesta concluiré esta exposición. ¿Cuál fue la
posible influencia de las lenguas indígenas en el empleo de estos dos identi
ficadores del español de México, diminutivos y marcas posesivas? Sabemos
que el náhuatl posee diversas marcas gramaticales de reverencialidad, cuya