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Dos Méndez Plancarte fueron,
de Ángel al Ábside adunco,
con los tres Gómez Robledo,
do Valdés dio “mate” a Junco.
Y en el citado domingo, me dice don Antonio:
–¿Y a usted, Tarsicio, que escribe y trae a regalar tantos libros suyos, no
le gustaría ser miembro de la Academia Mexicana de la Lengua?
–¡Claro! Sería un gran honor.
Y podría yo enviar a cada académico el libro de mi tesis de doctorado
en letras clásicas, sobre las Epístolas de Horacio, o bien mi libro sobre su
Arte poética.
Y así fue como, respaldado por el doctor Gómez Robledo y
por Alí Chumacero, por Henestrosa y por el “Chato” Noriega, ingresé hace
un cuarto de siglo a esta prestigiada Academia a mis 48 años, “aún joven”,
según dijo don Antonio en su discurso de bienvenida “porque antes de
los 50 todo es juventud”. Espero que así sea, pues he venido entregando a
nuestra biblioteca más de 40 libros como autor único, y varios otros como
coautor. ¿Bibliografía o biblioteca? Don Antonio me había enseñado a ser
escritor laborioso. Él no sólo escribió muchos libros, sino que varios de
ellos son verdaderas enciclopedias sobre su especialidad, que van de las 300
a las 600 o las 1000 páginas. Así lo prueban sus obras:
México en Ginebra
(1932),
Idea y experiencia de América
(1958),
La filosofía en el Brasil
(1942),
Cristianismo y filosofía en la experiencia agustiniana
(1940),
Meditaciones
sobre la justicia
(1963),
Estudio sobre las virtudes intelectuales
(1957),
Gre-
cia moderna, sinopsis histórica
(1977),
Sócrates y el socratismo
(1966),
Varia
socrática
(1990),
Política de Vitoria
(1940),
Dante Alighieri
(dos tomos: I:
Obras me­­nores;
II:
La Divina Comedia
). Y varios otros que seguiremos citan­
do. A vuelo de pájaro, asomémonos a cinco de sus libros más admirados.
Ante todo, Platón
“Que haya un Platón más, ¿qué importa al mundo?” Así comienza Gómez
Robledo el que quizás sea su libro capital:
Platón: los seis grandes temas de su
filosofía,
creado en 1974, y con dos reediciones: en 82 y en 93 (fce/unam).
tarsicio herrera zapién