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atención el hecho de que Gómez Robledo, en tanto que traductor de obras
clásicas de la filosofía (se atrevió a traducir las grandes obras de Platón y de
Aristóteles), haya elegido para traducir aquellos libros de los filósofos hele­
nos que guardan directa vinculación con la racionalidad social, la ética y la
política. Así, por el año de 1954 dio a las prensas su traducción de la
Ética
nicomaquea,
de Aristóteles; el libro lo acompañó de amplias notas y un
estudio, ponderado y discreto. Luego, por 1963, tradujo, anotó y prologó
otra gran obra de Aristóteles,
Política,
y más tarde, por 1971,
La República,
de Platón, también con prólogo y notas suyas. Los tres libros los publicó la
benemérita Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana,
de la unam. Añado que esos prólogos fueron la base de libros posteriores:
Ensayo sobre las virtudes intelectuales, Meditación sobre la justicia
y, por últi­
mo,
Platón. Los seis grandes temas de su filosofía.
¿Por qué Gómez Robledo tradujo esos libros de los filósofos helenos y
no tradujo, en cambio, pongo por caso, ni la
Metafísica
ni la
Lógica
? ¿Se
podría decir que los temas de la ontología o de la lógica se hallaban lejanos
a su pensamiento? No lo sé; pero sí quisiera que se reflexionara en el hecho
de que la palabra española
república,
por la que se traduce normalmente la
obra cumbre de Platón, no ofrece de manera cabal el concepto del maestro
ático, que estaba preocupado por el buen gobierno de la ciudad. Lo mismo
se podría decir de Aristóteles. Por eso los títulos de los libros de ambos son
tan cercanos uno del otro: el de Platón,
Politeia
, que quiere decir:
sobre la
administración de la ciudad
(hoy se diría:
sobre la administración de la socie-
dad
, o con mayor sencillez aún:
sobre la ciudad
); el de Aristóteles,
Politikwn
,
digo:
sobre la constitución de la ciudad
,
sobre el gobierno de la ciudad
(hoy
diríamos:
sobre la sociedad
). El término
República,
por el que se designa el
libro de Platón, y
Política,
concepto por el que se traduce el de Aristóteles,
distorsionan su sentido, ya que ahora se entiende por la palabra
política
otra
cosa, distinta, de la que deseaba nombrar Aristóteles.
A Gómez Robledo le interesaba, por lo tanto, la
política,
sí, sin duda,
pero entendida en su más recto sentido, como gobierno de la ciudad; como
el arte de gobernar la sociedad; mejor todavía, como el arte de hacer buenos
ciudadanos. De igual manera que el Estagirita dejó dicho que la
política
era
una ciencia
arquitectónica
, la ciencia fundante (en cierto sentido, la ciencia
a propósito de antonio gómez robledo