Según la Ortografía de la lengua española, de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua (Madrid: Espasa Libros, 2010), el guion (–) se distingue de la raya por tener una longitud cuatro veces menor y se utiliza principalmente como signo de división de palabras a final de línea o para indicar la unión entre palabras o elementos gráficos independientes (por ejemplo, para formar conceptos unitarios, pero que se forman con más de una palabra, como franco-prusiano).
La raya (—), por otro lado, tiene un uso doble y un uso simple. En el primer caso, posee una función delimitadora, es decir, aísla un fragmento del discurso del resto e indica que las unidades lingüísticas que aísla no son una parte central del mensaje, sino que constituyen un discurso secundario o indirecto. Por ejemplo, para encerrar incisos o apartados dentro de una oración o, si se usa en reproducción escrita del diálogo, para introducir una puntualización del narrador o transcriptor: —espero todo salga bien— dijo Azucena con gesto ilusionado. Cuando se usa como signo simple, es generalmente para marcar enumeraciones en forma de lista.
Signo para introducir diálogos de personajes
A nivel nacional o en el nivel nacional