Por ser una forma ya consolidada se prefiere el uso del compuesto indoarábigo. Este vocablo formado por dos adjetivos relacionales se emplea de manera prácticamente exclusiva para referirse al sistema decimal moderno, cuya historia es el resultado de la fusión de ambas culturas: Con la aparición del Liber Abaci se introdujo en europa el sistema de numeración indoarábigo de base 10.
Indoarábigo es una voz que sintetiza el origen indio de la numeración, alrededor del siglo V, posteriormente adoptado y difundudo por los árabes. Su uso comenzó a extenderse gracias a Leonardo Fibonacci, tal como explica la Ortografía de la lengua española, de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua (Madrid: Espasa Libros, 2010):
El sistema de numeración que actualmente conocemos como arábigo en realidad tuvo su origen en la India, donde se utilizaba una fórmula de base decimal para escribir los números con palabras: […] de modo que 637 se expresaba, traducido a nuestro idioma, siete unidades, tres decenas, seis centenas […].
El sistema indio de numeración llegó a Europa a finales del siglo X a través de los árabes, entre los cuales lo había divulgado el matemático y astrónomo Muhammad ibn Musa al-Juarismí […]. En Occidente, los números arábigos comenzaron a aparecer en textos cristianos tempranamente […] y se difundieron gracias a su empleo en los ábacos; pero el uso del cero y los métodos de cálculo con esta numeración no se conocieron realmente hasta el siglo XIII, cuando Leonardo de Pisa, más conocido como Fibonacci, los explicó en su tratado de álgebra Liber abaci (1202). Tras la publicación de esta obra, la numeración arábiga comenzó a usarse profusamente en obras astronómicas y matemáticas, pero aún fue necesario el transcurso de más de dos siglos para que desplazara en el uso corriente a la numeración romana.
Si bien es posible y correcta la forma con guion indo-arábigo, con la que se indicaría la independencia de cada elemento es importante resaltar que no fue posible documentar contextos en los que se emplee esta construcción, en los casos en los que se busca dar identidad propia a cada cultura y su relación se emplea la forma compuesta indo-árabe: El 29 de octubre, 2017 una conferencia de un día de duración llamada Día de Solidaridad Indo-Árabe fue organizada en la ciudad de Hyderabad [Instituto de Investigación de Medios de Información en Medio Oriente , noviembre 2017]. En torno a los compuestos con guion, la Nueva gramática de la lengua española, de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española (Madrid: Espasa Libros, 2009, §11.6h-i) apunta:
Favorece el uso del guion el hecho de que cada uno de los miembros del compuesto mantenga su denotación independiente. Así, las contiendas hispano-americanas equivale a las contiendas de los españoles contra los americanos. Es igualmente necesario mantener la denotación de cada miembro en el diálogo hebreo-musulmán, una cumbre franco-canadiense o la colaboración hispano-francesa, con guion en los tres casos. Por el contrario, el significado del compuesto se interpreta como fusión de dos nociones en la literatura hispanoamericana (es decir, ‘literatura de la América hispana’), la cultura hebreomusulmana (es decir, ‘cultura común a hebreos y musulmanes’), la lengua francocanadiense (‘la variedad de la lengua francesa hablada en Canadá’) o en un escritor hispanofrancés (‘un escritor con doble nacionalidad, española y francesa’). En todos estos casos se recomienda evitar el guion.
De acuerdo con lo anterior, para referirse al sistema numérico debe emplearse la forma indoarábigo por estar consolidada en nuestra lengua. En otros contextos, si desea mantener una denotación independiente puede emplearse indo-árabe.
Mayúscula inicial en 'ejecutivo', 'legislativo' y 'judicial'