El leísmo es el uso impropio del pronombre dativo le(s), cuyo uso típico es la función de objeto indirecto, en función de objeto directo, en lugar de los pronombres de acusativo lo, la, los, las; por ejemplo: No le vi llegar, en lugar de No lo vi llegar.
El cambio se atestigua tanto en el español de América como en el español de España, si bien es más frecuente en unas zonas que en otras.