El Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española (Madrid: Espasa Libros, 2014), consigna para mañanero las definiciones ‘madrugador’ o ‘perteneciente o relativo a la mañana’ y para matutino, ‘perteneciente o relativo a las horas de la mañana’ o ‘que ocurre o se hace por la mañana’.
Con estos sentidos, el adjetivo mañanero es más utilizado en España que en otras regiones hispanohablantes. La palabra matutino, por su parte, se utiliza mayoritariamente en México y se relaciona de manera más puntual con aquello ‘que se hace o se lleva a cabo durante la mañana’ (Diccionario del español de México, México, El Colegio de México, 2010).
En ocasiones, mañanero y matutino se usan como sinónimos, como en los siguientes ejemplos literarios:
He cabalgado sobre Platero y nos hemos ido a dar un paseo mañanero [Juan Ramón Jiménez, Platero y yo, Madrid, 1914/1987, CORDE].
También existen contextos en los que la variación es imposible:
En las dos semanas anteriores me he enterado de situaciones asombrosas que quizá tú desconozcas: tres jóvenes del turno matutino abandonaron su casa, una muchachita de secundaria abierta quedó embarazada [Carlos Cuauhtémoc Sánchez, Un grito desesperado. Novela de superación personal para padres e hijos, México, 1992/1994, CREA].
Es posible que en México se utilice con mayor frecuencia la palabra matutino porque mañanero expresa también otros sentidos coloquiales: 1) ‘coito al despertar’: Llegué tarde porque me eché un mañanero; 2) ‘primera bebida alcohólica que se ingiere por la mañana: Ya son las once de la mañana, ¿a qué hora nos vamos por nuestro mañanero? (Diccionario de mexicanismos, de la Academia Mexicana de la Lengua, México, Siglo XXI Editores, 2010).