Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
EN EL ARTÍCULO cada, el DRAE da cuenta de la locución conjuntiva cada y cuando que, a la que asigna los significados 'siempre que' y 'luego que'. Algunos gramáticos opinan que, en textos posteriores al siglo XIX, ha dejado de emplearse en España, pero que permanece en la lengua oral (y, más raramente, en la escrita) de México y algunos otros países americanos. Fácilmente se pueden encontrar ejemplos en textos literarios españoles, incluido Cervantes: "Dorotea consoló a Sancho Panza diciéndole que cada y cuando que pareciese haber sido verdad que su amo hubiese descabezado al gigante, le prometía [...] de darle el mejor condado que en él hubiese". Sigue apareciendo en textos del siglo XIX: "Cualquier mujer no necesitaba ser muy mora, ni muy hechicera por cierto, para hacer otro tanto cada y cuando le ocurre" (Mariano José de Larra).
        Se pueden hallar ejemplos, aunque raros, en textos hispanoamericanos contemporáneos, como el siguiente, tomado de un periódico digital de Paraguay del año 2005: "Insisto: cada y cuando pueda el 2008 debe ser el fin del gobierno oficialista". Creo que, en esta forma y con ese significado, no se emplea esa locución conjuntiva en el español mexicano de nuestros días o, al menos, yo no la he leído ni oído. Ahora bien, véase el siguiente texto, tomado de El Llano en llamas de Juan Rulfo: "Pero nada se levantará de aquí. Ni zopilotes. Uno los ve allá cada y cuando, muy arriba, volando a la carrera". La expresión cada y cuando, en este pasaje de Rulfo, por una parte, no significa ni 'siempre que' ni 'luego que': *Uno los ve allá siempre que (luego que), muy arriba. La que bien puede sustituirla es la locución de vez en cuando: Uno los ve de vez en cuando, muy arriba. Por otra parte, la locución cada y cuando en el texto transcrito está precedida del adverbio allá, que parece tener un valor intensificador. Nótese que la expresión (semánticamente equivalente) de vez en cuando puede ir precedida tanto de allá (allá de vez en cuando) cuanto de muy (muy de vez en cuando). Lo que parece estar señalando este allá en allá de vez en cuando o el muy en muy de vez en cuando es precisamente el carácter claramente esporádico de la aparición de los zopilotes: Uno los ve allá cada y cuando, muy de vez en cuando.
        Nótese que la expresión mexicana allá cada y cuando cumple una función gramatical muy diferente de la que desempeña, en los textos de Cervantes y de Larra que trancribí antes, la locución clásica cada y cuando que. En éstos, cada y cuando que es una locución conjuntiva de valor cercano al temporal. Este sentido se aprecia mejor en otro pasaje del Quijote: "Yo me acuerdo, cuando muchacho, que rebuznaba cada y cuando que se me antojaba, sin que nadie me fuese a la mano" (siempre que, cada vez que se me antojaba). Como conjunción, cada y cuando que introduce una oración (se me antojaba). A la pregunta ¿cuándo rebuznaba?, se responde "cada y cuando que se me antojaba". Por lo contrario, la expresión mexicana allá cada y cuando desempeña una función adverbial, mejor que conjuntiva y, como adverbio, no introduce oración alguna sino que simplemente modifica al verbo (ve, en el texto de Rulfo). La pregunta ¿cuándo ve zopilotes? tiene como respuesta "allá cada y cuando". De vez en cuando, en el DRAE, tiene categoría de locución adverbial. Esa misma categoría tiene, en el español mexicano, la expresión allá cada y cuando.
        Hasta donde pude averiguar parece ser que en el español de México (y, probablemente, en dialectos de Centroamérica) la locución cada y cuando siempre aparece precedida del adverbio allá. Quizá sea eso lo que obligue a analizarla como locución adverbial. Más aún: parece que ese adverbio allá viene a ser el núcleo de la construcción completa, pues no se documentan sólo casos de allá seguidos de cada y cuando, sino también de otras expresiones, como allá cada semana, allá cada viernes santo, allá cada cuatro meses, allá cada año, etc.: "A ver, ¿qué hay de malo en tener unas cuantas amigas íntimas, en salir de vez en cuando a divertirse, en... tomar una copita allá cada semana?" (C. Fuentes, La muerte de Artemio Cruz); "a veces le robo coñac al abuelo. Pero sólo una copa, o así, allá cada Viernes Santo" (H. Aguilar Camín, El error de la luna); "tengo por mal de mis culpas / un compadre en la Rivera, / que allá cada cuatro meses / en mi casa se descuelga" (A. Echeverría [Costa Rica], Concherías); "correspondía a los adioses de vecinos y conocidos que lo saludaban al pasar. Uno allá cada año". (M.A. Asturias, El señor presidente).

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