Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
A LA GENEROSIDAD DE MI AMIGO Gonzalo Celorio debo la lectura de una obra muy curiosa y divertida, la cual, dentro de dos años, cumplirá su primer centenario. Me refiero al librito de don Antonio de Valbuena (alias Miguel de Escalada) que lleva por título Fe de erratas del nuevo Diccionario de la Academia (tomo primero) y que vio la luz en Coatepec(!), Tipografía de Antonio M. Rebolledo, en 1889. En él reúne el autor 25 artículos que había publicado en el periódico El Imparcial de Madrid y que tienen como tema algún error del DRAE en su decimosegunda edición (1884), que el agudo lexicólogo corrige con amplia erudición y muy buen sentido del humor.
        En la duodécima edición del DRAE (1884), nos dice Valbuena, y en la vigésima (1984), anoto yo, aparece el vocablo aqüeste (así, con diéresis). En la página 150 (parágrafo 1.8.6) del Esbozo de una nueva gramática de la lengua española (1973), la propia Academia señala claramente que "el uso de la diéresis sólo es preceptivo para indicar que ha de pronunciarse la u en las combinaciones gue, gui, pingüe, pingüino, argüir". Hay también usos discrecionales de la diéresis, cuando por licencia poética interese una pronunciación determinada. Entonces, ¿cómo explicar la diéresis o crema de la voz aqüeste, raro caso en el DRAE en el que la u tras q aparece con diéresis? Ninguna otra de las más de 300 voces cuya sílaba inicial es que, qui, incluidas en el DRAE, lleva diéresis. Evidentemente, si lo que se pretendía era hacer que la u tuviera sonido (que no fuera muda), lo conveniente habría sido escribir acueste (con c), como se escribe cuestión y no qüestión, a pesar de que la voz primitiva latina tenía q (quaestio, origen también de aqüeste, sólo que con preposición a). Quizá se quiso, con la q y la diéresis, evitar un vocablo homógrafo con el subjuntivo del verbo acostar. Sería, a mi ver, razón insuficiente para conculcar una regla de ortografía (la referente al uso de la diéresis).
        Por otra parte, quizá todo lo anterior podría haberse evitado si, como creo que habría convenido hacer, se hubiera suprimido la voz aqüeste de un diccionario general de la lengua española, pues se trata de una rara voz anticuada que, según queda allí definida, vale por cuestión, riña o pendencia y cuya entrada podría haberse reservado para el gran diccionario histórico que hace tiempo viene preparando la Academia.
        P. D. La entrada aqüeste quedó eliminada en la vigésima primera edición del DRAE (1992).

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