Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
HAY MEXICANISMOS LÉXICOS que podrían llamarse históricos en cuanto que tuvieron su origen en alguna de las lenguas indígenas que se hablan o hablaban en el territorio de lo que ahora es México y que actualmente pueden o no ser privativos de la lengua española de este país. La voz chocolate pertenece no sólo al vocabulario de todos los dialectos de la lengua española, es decir, a su léxico general, sino también al de muchos otros idiomas. Ello no impide que siga siendo un mexicanismo, puesto que se originó en México. El vocablo chiquihuite, por lo contrario, además de tener su origen en el náhuatl, por lo que igual que chocolate es un mexicanismo histórico, también lo es en cuanto que parece privativo del español mexicano actual. Puede decirse que es un mexicanismo por partida doble: por su origen y por los límites geográficos de su empleo actual. A estos mexicanismos léxicos suele llamárseles indigenismos.
        Existe otro tipo de mexicanismos. Son aquellas voces, no procedentes de las lenguas indígenas sino de la misma lengua española, que, habiendo desaparecido del vocabulario de los demás dialectos del español (sobre todo del español europeo), perviven en el de aquí, como prieto por moreno o esculcar por registrar. También entran en esta categoría voces que, empleándose regularmente en los diversos dialectos, en el mexicano tienen un significado diferente, como podría ser el caso de banqueta (en el español europeo: 'asiento, banco'; en el mexicano: 'acera'). Véase, en resumen, que puede haber, dentro del amplio concepto de mexicanismos, tanto indigenismos cuanto hispanismos.
        Hay necesidad de añadir, dentro de estos mexicanismos, las formaciones (por derivación o composición) de vocablos nuevos, exclusivos o casi del español mexicano. Creo que tal es el caso del adjetivo bromoso que, con el significado de 'pesado, estorboso', es muy frecuente en el español mexicano contemporáneo. Uno de los pocos que lo incluyen es el Diccionario de México de Juan Palomar de Miguel, con la siguiente definición: 'molesto, que molesta o embroma demasiado'. Probablemente proceda de broma, sustantivo que, en su segunda acepción, significa: "persona o cosa pesada y molesta". Me llama sin embargo la atención que broma, con este preciso significado, casi no se emplea en México, donde casi siempre se usa en su cuarta acepción ('chanza, burla'), con su adjetivo derivado bromista. No deja de ser curioso que un derivado (bromoso) sobreviva a su primitivo (broma, 'persona o cosa pesada'). Finalmente, tengo la impresión de que, en el español mexicano actual, bromoso se emplea más referido a cosas ("bulto, paquete bromoso") que a personas ("muchacho bromoso").

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