Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
LA PALABRA COMO tiene en la lengua una gran diversidad de valores y funciones. Buena parte de ellos están explicados en la entrada correspondiente del DRAE. Sin embargo no aparecen todos ahí. Una prueba de ello es el hecho de que en el llamado Diccionario manual de la misma Academia se da cuenta de un interesante valor de como, no incluido todavía en el Diccionario oficial. Recuérdese que una de las características del Diccionario manual (frente al Diccionario oficial) es que añade un considerable caudal de vocablos de uso común y lo recoge consciente de que puede ser un léxico de fugaz paso por la lengua general; de esa forma la Academia considera que esas voces están como a la espera de su definitiva instalación en la lengua y será entonces cuando las incorpore en el Diccionario oficial.
        Según el Diccionario manual, como puede equivaler, en algunos casos, al adverbio 'aproximadamente', 'más o menos', y anota el siguiente ejemplo: "es un hombre como de 30 años". Se trata, a mi ver, de un empleo generalizado en la lengua hablada y escrita que bien merecería ser considerado ya en el vocabulario oficial.
        Ahora bien, en la expresión "lo vi como muy cansado" podría uno preguntarse si el adverbio muy forma o no un conglomerado, una totalidad, con la voz como o si simplemente se trata de un modificador del adjetivo cansado: como-muy cansado o como muy-cansado. Me inclino por esto último. No faltan autores que creen que en efecto como muy es un conglomerado que debe verse como un sintagma unitario. Leonardo Gómez Torrego (Manual del español correcto) así lo considera. Sin embargo no le falta razón cuando asigna a como (muy) un matiz significativo más, no anotado en el Diccionario manual: el de 'atenuación'. En efecto, en una expresión como "lo vi como muy cansado" el valor de como no es el de 'aproximadamente' sino más bien el de hacer ver que el hablante no está muy seguro de su apreciación.
        El propio Gómez Torrego hace ver que algunos empleos de como (muy) son incorrectos. Ello sucede precisamente cuando en la intención del hablante está ausente la idea de 'aproximación' o de 'atenuación'. Tanto en España como en México hay casos en que el como parece superfluo. Si alguien dice, por ejemplo, "el asunto me parece como muy importante", no está manifestando de hecho inseguridad alguna; en el enunciado "debes tener como muy en cuenta lo que te estoy diciendo", como no desempeña función alguna. Obsérvese que, suprimiendo en tales casos la voz como, las expresiones conservan, por una parte, su sentido y, por otra, resultan más claras: "el asunto me parece muy importante", "debes tener muy en cuenta lo que te estoy diciendo".

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