A los tubérculos redondeados y carnosos de cierta planta herbácea, hoy importante alimento de casi todo el género humano, en España se les llama
patatas y, en el resto del mundo hispánico,
papas. Patata, por tanto, es un españolismo que, como tal, debería consignarse en el DRAE. Sin embargo, si se consulta esa obra, se verá que es en la entrada
patata donde se define el vocablo, como si ésa fuera la designación etimológica y recomendable y, por lo contrario, en el artículo
papa2 simplemente se remite al artículo
patata, como si
papa fuera una variante léxica de menor uso. Conviene aclarar que lo cierto es que a las papas se les llama
patatas en España; y no lo contrario, es decir que a las patatas se les llame, en América,
papas. En efecto, en el quechua del Perú, de donde proviene esa planta y ese tubérculo, se le llaman
papa, no
patata. El propio DRAE, en la entrada
patata, explica que esa voz es producto del cruce de dos palabras, ambas americanismos:
papa y
batata (papa +
batata =
patata). Es probable que esto sea cierto; sin embargo conviene hacer algunas precisiones. La palabra batata, de origen caribe, tiene como referente el tubérculo de otra planta, distinta de la papa. La batata es fusiforme, no redondeada, más larga que la papa; suele comerse dulce mejor que salada. Se comían batatas en España desde el siglo XVI y, desde muy temprano, comenzaron a llamarse
patatas en lugar de
batatas. La primera confusión, entonces, fue llamar
patatas a las batatas. Bien hace el
Diccionario de autoridades (1737) en señalar, en la entrada
patata: “lo mismo que batata”. Esta confusión pudo darse primero en el español americano, y de ahí fue exportado a España. Eso al menos permite pensar el siguiente pasaje de las “Cartas de relación” (1519-1526) de Hernán Cortés:
"Los mantenimientos que tienen es maíz y algunos ajís como los de las otras islas, y patata yuca, así como la que comen en la isla de Cuba y cómenla asada porque no hacen pan de ella."
De que se comían batatas en España en el siglo XVI y de que se comían dulces, y de que se llamaban patatas son testimonio los versos siguientes, de un romance de Góngora:
"Llevémela a mi posada,
Hícela poner la mesa,
Y asentéme yo a los pies
Y ella a la cabecera.
Y púsele por principio
Dos ciruelas amacenas
De las que tengo colgadas;
Para dar a las enfermas;
Luego, un pastelón hechizo
Con una caña y dos yemas,
Y por postre una patata
Con dos limas de conserva."
Un paréntesis: En el mismo DRAE, me parece, se comete otro error en la entrada batata: Se dice que esta voz procede de patata, cuando lo que sucede es precisamente lo contrario: patata es una deformación de batata. Fernández de Oviedo, por ejemplo, para designar este tubérculo emplea la voz batata, nunca patata. Por otra parte, si en la entrada patata el DRAE explica que procede del cruce de batata con papa, ¿cómo puede decirse, en la entrada batata, que su origen es la palabra patata?
¿Se conocía, antes del siglo XVIII, en España, la voz papa, para designar lo que después se llamó patata? Sobre esto y varias cosas más nos informa la utilísima entrada de batata en el Diccionario de autoridades (1727):
"Planta que cultivada y sembrada echa una raíz algo mayor que las que llaman papas, larga y tortuosa. Por de dentro es amarilla y por de fuera parda. Es muy sabrosa y dulce, y aunque de ella se hacen diversos dulces y almíbares muy delicados, con especialidad es más grata al paladar asada y rociada después con vino y azúcar. En España se crían muchas en las cercanías de Málaga. Algunos la llaman patata; y así se halla también escrito, pero lo común es con b."
Por el propio Diccionario de autoridades podemos enterarnos de que las papas no eran tan apreciadas, hacia el siglo XVIII, en España, como lo eran las batatas (llamadas también patatas). En la entrada papa, leemos:
"Ciertas raíces que se crían debajo de la tierra, sin hojas y sin tallo, pardas por de fuera y blancas por dentro. Es comida insípida."
Es probable que sólo a mediados del siglo XVIII comenzaran a consumirse y a hacerse populares las papas, a las que por esas fechas comenzarían a llamar patatas, como llamaban hasta entonces a las batatas, las cuales, también por esas fechas, dejaron quizá de ser apreciadas. En resumen:
1) El tubérculo que hoy se conoce y se come en casi todo el mundo se llama, en quechua y en el español americano, papa, no patata.
2) La batata es otro tipo de tubérculo, de forma, color y sabor diferente de los de la papa.
3) La batata fue en España consumida y apreciada antes que la papa.
4) La batata, muy pronto se dijo, en España, patata.
5) El consumo y aprecio por la papa fue posterior al de la batata, llamada ahí patata.
6) Cuando comenzó a consumirse y a apreciarse la papa, se le designó con el nombre de patata, que era el que se usaba para llamar a la batata.
En América siempre se han empleado las voces originarias: batata, para un tubérculo; y papa, para el otro, de mayor consumo hoy que la batata, en todo el mundo.