Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
HACE MUCHOS AÑOS, allá por 1965, el nahuatlato Wigberto Jiménez Moreno opinaba que “en el español de México muchos verbos se vuelven reflexivos, no siéndolo en España, porque sus equivalencias nahuas tienen tal carácter: regresarse tiene detrás a ninocuepa”. En 1971 Juan Lope Blanch aclaró que “la tendencia a la construcción reflexiva de determinados verbos puede advertirse en cualquier país donde se hable español, y en cualquier época”. Ello sucede, además, “en zonas libres de cualquier posibilidad de sustrato nahua”. Esto último es efectivamente cierto. Creo sin embargo que la tendencia a esa construcción es más acusada en unas partes que en otras, en unas épocas que en otras. Jiménez Moreno decía que esos verbos, como regresarse, no se emplean como reflexivos en España. Por su parte, Emilio Alarcos, en su Gramática de la lengua española (1994), sin distinguir modalidades dialectales, estableció que “algunos verbos, que normalmente no se emplean con adyacente de objeto directo (los llamados intransitivos), se construyen a veces con incremento personal de la serie reflexiva, es decir, que designa la misma persona que funciona como sujeto gramatical. Alternan ambas posibilidades: Voy a casa y me voy a casa...
        Gracias a los voluminosos bancos de datos con que hoy contamos —particularmente el Corpus de referencia del español actual (CREA) y el Corpus diacrónico (CORDE)— es muy fácil observar las diversas tendencias o preferencias por tal o cual forma lingüística en los diferentes dialectos de la lengua española. La tendencia a la construcción reflexiva de determinados verbos no es la misma en cualquier país hispanohablante ni en cualquier época. Nacerse o sanarse por nacer o sanar, por ejemplo, se emplearon en siglos pasados, pero no se usan actualmente. En otros casos la forma reflexiva pertenece hoy a hablas poco educadas, como, por ejemplo, recordarse (yo me recuerdo que...) por recordar (yo recuerdo que...). Pueden observarse también diversas tendencias en los dialectos geográficos. Me limito a dos verbos: regresar(se) y enfermar(se).
        Regresarse se emplea muy poco, casi nada en el español actual de España. Por ejemplo la forma regresé, en textos españoles de ficción, en el CREA, apareció 117 veces; de la forma me regresé no hay ningún registro. En textos de ficción americanos, por cada 50 formas de regresé hay 3 de me regresé. La tendencia es más acusada en textos orales. En España, en textos orales, no aparece ni una vez la forma me regresé. En textos orales americanos, por 60 formas de regresé, se registran 7 de me regresé. En resumen: la forma regresar, en todo el mundo hispánico, es más usual que regresarse. La forma regresarse no se emplea en el español de España y, aunque mucho menos que regresar, se usa en el español americano, más en la lengua hablada que en la escrita.
        De conformidad con los bancos de datos mencionados, el verbo enfermarse casi no se emplea en el español actual de España, donde sólo se registra la forma enfermar. Esporádicamente, ahí, puede aparecer en lengua hablada, donde también se prefiere enfermar. En textos de ficción españoles (CREA) no apareció ni una vez la forma se enfermó; por lo contrario, la forma enfermó se registró 22 veces. En textos de ficción escritos en México, por cada 2 formas de enfermar, se registra una de enfermarse. Finalmente, en textos orales, en España, por 8 formas de enfermar, hay sólo 2 de enfermarse; en América, por lo contrario, en textos orales, sólo se emplea enfermarse.
        Ahora bien, si se me preguntara si puede hacerse alguna recomendación para hispanohablantes mexicanos en relación con el empleo de regresar / regresarse y de enfermar / enfermarse, me atrevería a decir lo siguiente: 1) Parece más recomendable regresar que regresarse. Esto no se debe a que ésa sea la forma que se prefiere en España, sino simplemente a que es la forma que se emplea más en lengua escrita, tanto en América como en España. 2) Por lo contrario, para un mexicano o un americano en general me parece normal —en el sentido de que pertenece a su norma, a su costumbre lingüística— enfermarse mejor que enfermar, pues es la forma predominante aun en la lengua escrita. Ello, por otra parte, no quiere decir que deban considerarse incorrectas las otras dos formas (regresarse y enfermar). Si se tratara de hacer una sugerencia semejante a hablantes españoles, las formas verbales recomendadas serían obviamente regresar y enfermar, debido a que ambas son las preferidas en la lengua escrita del español europeo.

Comparte este artículo

La publicación de este sitio electrónico es posible gracias al apoyo de:

Donceles #66,
Centro Histórico,
alcaldía Cuauhtémoc,
Ciudad de México,
06010.

(+52)55 5208 2526
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. 

® 2024 Academia Mexicana de la Lengua