Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
EL ADJETIVO, OBLIGATORIAMENTE PLURAL, sendos(as) procede, según Menéndez Pidal, del acusativo plural del vocablo latino singulus (-a, -um), es decir de singulos. La i breve latina de esa voz se convierte en e, desaparece la u postónica y el grupo ng'l produce primeramente ñ (antiguo seños) y después nd: sendos. Su significación, de conformidad con el DRAE, es 'uno o una para cada cual de dos o más personas o cosas'. Tiene, por ende, un valor distributivo: "tú y yo bebimos sendos vasos de vino".
        Ignoro de dónde pudo venir tan rara desviación de significado, pero seguramente no es muy reciente y, obviamente, no exclusiva de México. Andrés Bello, por ejemplo, que escribe su célebre Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos en 1847, hacía notar que ya que el adjetivo sendos significa 'uno cada uno' (y cita como uso recto estos ejemplos: "tenían las cuatro ninfas sendos vasos hechos a la romana" (esto es, cada ninfa un vaso), "yerran los que creen que sendos ha significado jamás 'grandes' o 'fuertes' o 'descomunales'.
        De que el empleo impropio de sendos era ya frecuente en el siglo XIX dan muestras, además del testimonio de Bello, las observaciones de varios lexicógrafos, entre los cuales puede mencionarse a Félix Ramos y Duarte, quien, como ejemplo, transcribe el siguiente curioso versito, atribuido a un tal Villergas: "Tan sólo por no ir al limbo / me alegro estar bautizado, / que así me espera la gloria / o los sendos tizonazos".
        Es probable, además, que esta modificación se produjera también en España, pues el Esbozo de una nueva gramática de la lengua española (1973), de la Academia, anota: "por tratarse de una palabra culta y desconectada de un sistema de numerales distributivos, sendos ha sido empleado algunas veces, sobre todo en época moderna, como equivalente de repetidos, descomunales..." Tiene además razón cuando aclara que el verdadero distributivo español es cada, que procede de la preposición griega katá, que en efecto sirve tanto a la lengua escrita cuanto a la hablada para señalar de manera natural la distribución. A ello puede deberse que sendos, tanto con su valor etimológico cuanto en su desviación, se emplee cada vez menos, pues la economía del sistema lingüístico va eliminando formas no indispensables.

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