Este refrán popular señala que las valentonadas de borracho no son de tomarse en serio. Está estructurado en forma de una sentencia cuya primera parte, que lo hace clasificable entre los "refranes que", denota la condición que debe cumplirse para que tenga lugar la sanción expresada en la segunda. El primer hemistiquio, un dodecasílabo, y el segundo, un hexasílabo, están unidos por rima consonante.