Este refrán popular, de la serie de los refranes "más vale", que indica que vale más una relación informal de pareja que un matrimonio mal avenido. Santamaría dice que indica lo contrario del refrán español "mejor la hija mal casada que bien abarraganada". Como todos los refranes "más vale" este refrán expresa en el primer hemistiquio lo que para el refrán es preferible, en este caso con la expresión "buen compromiso", en tanto que el segundo expresa lo que es juzgado secundario, "un mal matrimonio". Es frecuente que en los refranes "más vale" las contraposiciones que se dan entre el primero y segundo hemistiquios estén expresadas a través de la contraposición entre "bueno" y "malo". Por ejemplo, "más vale un mal arreglo que un buen pleito.