Refrán popular de origen ranchero que se usa, paremiológicamente, para significar que por muy impecable que parezca una persona o por perfecta que parezca una cosa o situación, invariablemente tendrán defectos. El cuitlacoche es la mazorca de maíz con hongo que, sin embargo, es comestible. El refrán tiene forma sentenciosa. Variantes: "no hay milpa sin cuitlacoches" (F. 35 y 116); "no hay milpa sin güitlacoches" (F. 64, 80 y 119); "no hay milpa sin huitlacoche" (F. 49); "no hay milpa sin huitlacoches" (F. 66, 90 y 132).