Refrán popular que sentencia que cada quien tiene su rango. Se aplica a situaciones en las que alguien quiere meterse a empresas más allá de sus posibilidades. Como "araña" también "perico" tiene aquí un sentido despectivo. El adverbio "nunca" da al refrán un alcance universalizante y absoluto. Desde el punto de vista métrico el segundo hemistiquio está cojo.