Refrán popular que, en forma exclamativa, significa lo que enuncia. Se inserta en el discurso en el cual funciona mediante la exclamación "¡pretextos!" que, de hecho, es el sentido que el refrán tiene y en el que se usa argumentativamente. Es, pues, un refrán que funciona como los otros refranes acústicos: el resto de la frase tiene poco valor paremiológico y sirve sólo de ornato.