Refrán popular que sirve para expresar, mediante un ejemplo, lo difícil que es contentar a los demás. Se usa, por tanto, en situaciones de inconformidad. Variantes: "si uno escupe, que es aguado; si no escupe, que es reseco" (F. 116); "si uno escupe, que es baboso; si no escupe, que es reseco" (F. 116).