Refrán de origen juvenil, según Rubio, que significa lo que enuncia. Contradice la convicción popular, que funciona como tópico en la cultura mexicana y en muchas otras, de que a la vejez va aparejado un cierto tipo de sabiduría. En el refrán predomina una enunciación exclamativa reforzada por el hecho de estar estructurado como una deducción en forma hipotética. Las dos partes de que consta, no tienen rima ni se atienen a un mismo patrón rítmico.