Poema del día

Siete poemas para esta semana. Selección de Felipe Garrido

Domingo, 20 de Enero de 2019
Por: Noticias

Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.

Lunes

–¿Y es circunstancial que me llame Isabel? (Nombre femenino de origen hebreo naturaleza emotiva… insistente… ama la ropa de calidad… mente de pensamiento desbordado… número de suerte: 9. Diccionario de los nombres, p. 43). No intentes leer mi cuerpo. La traslúcida plenitud nos apaga interiormente. Profunda la membrana que se consume. El cuerpo es olvidadizo. Yo, Isabel, soy memoria. No son mis muslos tu “sin embargo”. No es mi lengua tu experiencia límite (miasmas en la saliva). No es mi guiño tu perdición (contrabando de miradas). No es mi libídine tu cadalso (fastuosidad de la sentencia). No son mis pezones tu museo (memorial de la beligerancia). No es mi cuerpo lo que te conmueve.

(Masculinidad es ludópata y siempre le apuesta al lóbulo de Femenino).

Karen Villeda (1985)
Tesauro
Conaculta, Tierra Adentro,
México, 2010

Martes

Magna voluptas

Enciende en la obsidiana de tus ojos
La mirada más tierna y más amante,
Y matiza el marfil de tu semblante
Con la lumbre solar de tus sonrojos.
Cierra tus brazos, nítidos y flojos
En torno de mi cuello palpitante,
Y restrega en mi pecho jadeante
Tus pezones coléricos y rojos.
Mírame dulcemente, dulcemente,
Destilando tu beso disolvente
Y sonoro en mi labio que se inclina,
Y déjame chupar tu lengua untuosa
Que exacerba mi fiebre voluptuosa
Y me tienta como una golosina.

Efrén Rebolledo (1877-1929)
Material de lectura. Poesía moderna. 46
Selección y nota introductoria de
Guillermo Sheridan
UNAM, México, 1988

Miércoles

De Versos sencillos

XLIII
Mucho, señora, daría
Por tender sobre tu espalda
Tu cabellera bravía,
Tu cabellera de gualda:
Despacio la tendería,
Callado la besaría.
Por sobre la oreja fina
Baja lustroso el cabello,
Lo mismo que una cortina
Que se levanta hacia el cuello.
La oreja es obra divina
De porcelana de China.
Mucho, señora te diera
Por desenredar el nudo
De tu roja cabellera
Sobre tu cuello desnudo:
Muy despacio la esparciera
Hilo por hilo la abriera.

José Martí (1853-1895)
Versos sencillos
Prólogo de Rubén Darío, Epílogo
de Juan Ramón Jiménez
Santillana, Madrid, 1969

Jueves

Aparición urbana

¿Se desprendió del cielo?
Estaba entre los ruidos,
herido,
malherido,
inmóvil,
en silencio,
hincado ante la tarde,
ante lo inevitable,
las venas adheridas
al espanto,
al asfalto,
con sus crenchas caídas,
con sus ojos de santo,
todo, todo desnudo,
casi azul, de tan blanco.
Hablaban de un caballo.
Yo creo que era un ángel.

Oliverio Girondo (1891-1967)
Persuasión de los días
Crux, Buenos Aires, 1942

Viernes

En Roma hay pinos…

En Roma hay pinos, fuentes y senos. Pinos. Pida usted pinos. Los de la Piazza di Siena en la Villa Borghese. Los del Janicolo. Los de la Via Appia. Los del sepulcro de Keats. Fuentes. Pida usted fuentes. La fontana colosal del Acqua Paola, cerca de la Academia española, el estupendo getto de la Esedra, la exquisita delle Tartarughe, la del Tritone in Piazza Barberini, las que brotan de lirios sobre tinas de granito de Asuán frente al Palacio Farnese, las fuentes monumentales de San Pedro, y las fuentes pequeñas: el barril de Ripetta y el del Vícolo Doria y la fuente grandiosa, apoteosis del barroco, la fontana di Trevi en la que hay que echar un soldo para volver a Roma. Senos. Pida usted senos. Los trae la primavera, numerosos y erectos como los de la Diana efesia. En la terraza del Pincio, ya con el sol de saeta, las muchachas de Roma vestidas de casi nada amoldan la tarde a sus senos y desarrollan agudos frisos de perfil. Los tranvías de Roma son más estrechos que la cama de un general en campaña. Para bajar de un tranvía hay que rozar treinta pares de senos. Yo tengo en mi casa una caja vacía llena de sombras de senos, gracias a mi aliado el tranvía...

Carlos Pellicer,
Cartas desde Italia,
Fondo de Cultura Económica,
México, 1985.

Sábado

¡Quién hubiera tal ventura…

¡Quien hubiera tal ventura
sobre las aguas del mar
como hubo el infante Arnaldos
la mañana de San Juan!
Andando a buscar la caza
para su falcón cebar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar;
las velas trae de sedas,
las jarcias de oro torzal,
áncoras tiene de plata,
tablas de fino coral.
Marinero que la guía
diciendo viene un cantar,
que la mar ponía en calma,
los vientos hace amainar;
los peces que andan al hondo
arriba los hace andar;
las aves que van volando
al mástil vienen posar.
Allí habló el infante Arnaldos,
bien oiréis lo que dirá:
“Por tu vida, el marinero,
dígasme ora ese cantar”.
Respondióle el marinero,
tal respuesta le fue a dar:
“Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va”.

Anónimo
En Flor nueva de romances viejos,
de Marcelino Menéndez Pidal.
Espasa-Calpe, Madrid, 1928

Domingo

Ab origen: reproducciones

Producto, hijo: multiplicaciones: reproducciones:
embrión y émbolo:
batallas, interposiciones: se llamó barrera,
diafragma también:
dispositivo de ocupación, de escamoteo del
espacio:
ZONA DE RESERVA
zona vedada: ésta no es tu casa;
de inmediato: las mesnadas: floraciones:
hijo okupa
hijo paracaidista
hijo en parapente
polizonte
hijo espora
intruso: migrante:
floración silvestre
superficie y fronteras distendidas: traslación
esférula, mórula
animula, vagula, blandula: ab origen: border

hijo okupa, migrante: ser en traslación:
hijo frontera: borderígena,

Límites de los afuerasdentros traslocados: células,
reproducciones, huestes:
ab urbe condita: hijo ajeno alienígena: migrante
todos universo somos células en traslación:
eres somos una frontera que se distiende y se
expande: acotaciones en traslado:
orillas dispersas e innumerables somos, los
cuatrocientos hijos, éxodo eterno:
todos somos hijos. Todos somos transcurrir y esporas,
hijo: animula, vagula, blandula.

Maricela Guerrero (1977)
Se llaman nebulosas
Conaculta, FETA, México, 2010


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