Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria
Lunes
Fiera de amor
Fiera de amor, yo sufro hambre de corazones.
De palomos, de buitres, de corzos o leones,
No hay manjar que más tiente, no hay más grato sabor;
Había ya estragado mis garras y mi instinto,
Cuando erguida en la casi ultratierra de un plinto,
Me deslumbró una estatua de antiguo emperador.
Y crecí de entusiasmo; por el tronco de piedra
Ascendió mi deseo como fulmínea yedra
Hasta el pecho, nutrido en nieves al parecer;
Y clamé al imposible corazón… la escultura
Su gloria custodiaba serenísima y pura,
Con la frente en Mañana y la planta en Ayer.
Perenne mi deseo, en el tronco de piedra
He quedado prendido como sangrienta hiedra;
Y desde entonces muerdo soñado un corazón
De estatua, presa suma para mi garra bella;
No es ni carne ni mármol: una pasta de estrella
Sin sangre, sin calor y sin palpitación…
Con la esencia de una sobrehumana pasión!
Delmira Agustini (1886-1914)
Los 100 grandes poemas de España y América
Compilador, Julio Ortega
Siglo XXI, México, 2000
Martes
Odio
Oh, primavera de las amapolas,
Tú que floreces para bien mi casa,
Luego que enjoyes las corolas,
Pasa.
Beso, la forma más voraz del fuego,
Clava sin miedo tu endiablada espuela,
Quema mi alma, pero luego,
Vuela.
Risa de oro que movible y loca
Sueltas el alma, de las sombras, presa,
En cuanto asomes a la boca,
Cesa.
Lástima blanda del error amante
Que a cada paso el corazón diluye,
Vuelca tus mieles al instante,
Huye.
Odio tremendo, como nada fosco,
Odio que truncas en puñal la seda,
Odio que apenas te conozco,
Queda.
Alfonsina Storni (1892-1938)
Los 100 grandes poemas de España y América
Compilador, Julio Ortega
Siglo XXI, México, 2000
Miércoles
Madrigal
Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay, tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.
Gutierre de Cetina (1517?-1559?)
Obras
Porrúa (Sepan cuantos… 320), México, 1990
Jueves
De “Barra Potosí”
1.
Quietas las palmas,
el sol sobre la arena
y el mar en calma.
2.
Negra y silente
un ave cruza el cielo
resplandeciente.
3.
Entre la bruma
del mar, el sol poniente
tiñe la espuma.
4.
Sale la luna
y las olas se inquietan
blancas de espuma.
5.
Pisadas nuevas
mañana habrá en la playa;
no serán nuestras.
Gilda Rincón (1934)
Canta la fuente. Haikús
Ilustraciones de Licha Matita
Gobierno del estado de Chiapas,
Conaculta, Tuxtla Gutiérrez, 2012
Viernes
Aerolito entre bambúes
Nos llega la noticia
de que ha caído en un paraje
de Pijijiapan una piedra ardiente.
El solo nombre hubiese
sido caro a Tablada.
En Pijijiapan:
¡en qué cabeza a pájaros
caben tres trinos!
Escribir Pijijiapan es tarea
para un pintor del puntillismo
–dice un copista, sin salir del apuro
la pulcritud y garbo de su Palmer.
Bienhaya buen humor: la noche juntos
en un hotel llamado Pijijilton.
Ella repasa un libro de Sabines.
De pronto, a vivas voces,
nos compagina este rumor genésico:
“–La voy a echar rodando hasta los bambúes,
los va a hacer tronar.
Quiero que se enfríe para abrirla.
–¡Abrirla! ¿Qué tal si sale una bandada de
estrellas, si se nos van?
Han de salir con ruido, como las codornices”.
Nos han dado a probar por vez primera
un sugerente cantonés platillo:
codornices que son servidas
con setas de bambú en su torno.
Aerolito entre bambúes.
Me placería conocer el trazo,
el ideograma chino equivalente
de esta frase que incita mi rodeo.
O mejor: su sonido. Nombraríase
con el aquello que le otorga
concepto a Concepción, ventral volumen
donde ahora coloco mi cabeza.
Tal una piedra que refracta
sus alas en crujido intraducible,
entrenudo cordial soy a la escucha.
Roberto Rico (1960)
Nutrimento de Lázaro
Conaculta Chiapas
San Cristóbal de Las Casas,
2019
Sábado
Eliseo Moreno
Me han convencido
que uno lleva muy adentro
una flor con olor a carne
dos docenas de gorriones
un tubo de metal rojo y verde
un poco de nieve derritiéndose
un manicomio con un patio lleno de cactus
Un asesino con un cuchillo en la bolsa
atravesando Texas para buscar a su esposa
con la intención
de recordarle
que lo único que quiero
es que me tenga un poquito de miedo.
Cuando su esposa huyó, fue a la casa de su cuñado, Juan Garza, y asesinó a cuchilladas a toda la familia y se llevó el auto de las víctimas. El oficial Rusell Lynn lo detuvo por pasarse una luz preventiva, y Moreno lo asesinó de tres disparos. Después acabó con tres ancianos, en Hempstead y realizó múltiples secuestros para llegar a la frontera, donde fue detenido. / Ejecutado el 4 de marzo de 1987. / El reo se negó a hacer algún tipo de declaración antes de recibir la inyección letal.
René Morales Hernández (1981)
Texas, I love you
Anónima Editores, México, 2018
Domingo
Fin de siglo
La sangre derramada clama venganza
Y la venganza no puede engendrar
sino más sangre derramada.
¿Quién soy:
el guarda de mi hermano o aquel
a quien adiestraron
para aceptar la muerte de los demás,
no la propia muerte?
¿A nombre de qué puedo condenar a muerte
a otros por lo que son o piensan?
Pero ¿cómo dejar impunes
la tortura y el genocidio y el matar de hambre?
No quiero nada para mí.
Sólo anhelo
lo posible imposible:
un mundo sin víctimas.
Cómo lograrlo no está en mi poder.
Escapa a mi pequeñez, a mi pobre intento
de vaciar el mar de sangre que es nuestro siglo
con el cuenco trémulo de la mano.
Mientras escribo llega el crepúsculo.
Cerca de mí los gritos que no han cesado
no me dejan cerrar los ojos
José Emilio Pacheco (1939-2014)
Tarde o temprano
FCE, México, 2009
Donceles #66,
Centro Histórico,
alcaldía Cuauhtémoc,
Ciudad de México,
06010.
(+52)55 5208 2526
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