Mentiras transparentes: "El árbol", por Felipe Garrido

Martes, 29 de Diciembre de 2015

 

Felipe Garrido - En sesión de la AML. abr/>Foto: La Jornada Semanal

Le dije que sí, con la cabeza, porque estaba tomando de una cerveza que llevaba. Y porque yo vivía en La Esperanza, como me lo había preguntado.

–¿Sabes dónde lo guardó tu jefe?

Me habló como si me conociera, pero no lo había visto yo nunca. Le dije que no, con la cabeza, tapándome el sol con la otra mano. El hombre se quedó viéndome. Tenía los ojos casi amarillos, casi verdes, como de gato o de nauyaca:

–Yo sí. Yo lo vi cuando estaba enterrándolo –me dijo como de burla. Entonces yo también le busqué los ojos, y empecé a temblar, con calosfríos.

–¿Te acuerdas de aquel amate que había al fondo?

–Ya lo quitamos; se secó.

El hombre encendió un cigarro, se acercó un poco, bajó la voz:

–Fue el dinero. Los vapores lo secaron. Ahí está la plata –y se fue calle arriba para no pasar por el templo.

Clarito supe quién era. Voy a ir una de estas noches sin luna. Voy a llevar a mi hermano Antón. ¿A quién más? Si encontramos algo uno de los dos no va a regresar.

Para leer la nota original, visite: http://semanal.jornada.com.mx/2015/12/30/mentiras-transparentes-4220.html


Comparte esta noticia

La publicación de este sitio electrónico es posible gracias al apoyo de:

Donceles #66,
Centro Histórico,
alcaldía Cuauhtémoc,
Ciudad de México,
06010.

(+52)55 5208 2526
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. 

® 2024 Academia Mexicana de la Lengua