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algunas notas para situar el amor en la obra de octavio paz
oh, ser total…
[…] amar es combatir, si dos se besan
el mundo cambia
[…] El mundo cambia si dos se miran y se reconocen,
amar es desnudarse de los nombres:
“déjame ser tu puta”, son palabras
de Eloísa, mas él cedió a las leyes,
la tomó por esposa y como premio
lo castraron después…
[Octavio Paz,
Obra poética
, Madrid, 1937, pp. 268-271.]
III
No es fácil hablar de Octavio Paz y del amor, dado que prácticamente toda
su obra está inspirada por esta idea o experiencia. Su obra poética desde
Raíz del hombre
(1937) hasta
Árbol adentro
(1976-1987), pasando por
Li-
bertad bajo palabra
(1949),
La estación violenta
, su obra maestra
Piedra de sol
(1958),
Himno entre ruinas
(1948),
Salamandra
(1958-1961),
Ladera este
(1968),
El mono gramático
(1974), se plasma en libros en los que el poe­ta va
pasando en limpio su vida amorosa, su vida interior reflejada en el papel.
Esta constancia en torno al elocuente manantial del amor, la pasión amo­
rosa corre paralela a otra preocupación constante de Octavio Paz: la que
ronda la poesía y el poema como espacios ineludibles del deber y del que­
hacer poético: el amor es también un personaje, un tema, un lugar y un
espacio necesario en libros de índole filosófica en torno al hecho lírico,
como
El arco y la lira
(1956) o
Signos en rotación
(1965), incluso
La otra
voz
(1990)
.
Será en dos libros de ensayos donde Octavio Paz concentre sus preocu­
paciones en torno a la vida amorosa y erótica:
Conjunciones y disyunciones
y, por supuesto,
La llama doble
(1994), escrito después del Premio Nobel y
cinco años antes de morir, inspirado y dedicado a su última musa, Marie-
José, quien a partir de 1962 acompañará a Paz por el mundo.