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adolfo castañón
Octavio Paz: Salvador Elizondo, editor de la revista
Snob
donde mu­chos
de los temas de Bataille aparecerían interrogados. Paz conoció a Bataille y
se hizo amigo de él. En su ensayo “Un más allá erótico: Sade” –autor que
menciona más de 80 veces en sus obras y sobre el que escribe a lo largo de
muchos años–, Paz recuerda:
Una noche durante un largo paseo, Georges Bataille, inquieto ante la popu­
laridad creciente de la llamada “liberación sexual”, me dijo: “El erotismo es
in­separable de la violencia y la transgresión; mejor dicho, el erotismo es una in­
fracción, y si desaparecen las prohibiciones, él también desaparecería”. Y con él
los hombres, al menos tal como los hemos conocido desde el paleolítico.
Aunque en el ensayo sobre Sade Paz pone en duda esta afirmación, años
después, en
La llama doble
,
le dará la razón.
Octavio Paz entró en contacto con el pensamiento de Georges Batai­
lle, Pierre Klossowski, Maurice Blanchot, Gilbert Lély, Michel Carrouges y
Jean Paulhan, el autor de
Histoire d’O
, a partir de diciembre de 1945, fecha
en que llega a ese París, todavía ensombrecido por la escasez y el fantasma
de la guerra.
Desde muchos años antes se había encontrado con la obra y la figura de
André Breton primero, a través de Diego Rivera, Jorge Cuesta y luego de Ele­
na Garro y de otro surrealista, Benjamin Péret. En París, Breton, un Breton
menguante y que era como el capitán de unas batallas libradas cuando Paz
era niño, admite al mexicano en su estrecho círculo pues se puede decir
que, mucho antes de conocer a Breton, Paz era un surrealista
avante la lettre
y que su primera propuesta poética desde
Raíz del hombre
, y más particular­
mente en
Piedra de sol
,
era de orientación surrealista y romántica: la amada
de
Piedra de sol
¿no es como un espectro de Nadja, una encarnación de la
Mujer-Milagro? Pero Breton contribuirá a enriquecer y consolidar el dis­
curso crítico sobre el amor y sus utopías reafirmando en Paz el interés por
el Marqués de Sade y más particularmente descubriéndole la existencia de
un autor que será clave en la configuración de su discurso: Charles Fourier,
cuya utopía social y cuyo pensamiento de la armonía social serán de par­
ticular relevancia para el Octavio Paz maduro. Otro ascendiente de André