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un acto de fe
¿Qué pasó con los alumnos del maestro Carballido? José Agustín (
Aboli-
ción de la propiedad
) ya no escribe teatro. Pilar Campesino (
Octubre terminó
hace mucho tiempo
) se aleja del teatro, al que vuelve ocasionalmente.
Juan Tovar, desde Morelos, sigue siendo el gran autor (
Las adoraciones,
La madrugada
) y maestro de dramaturgia.
Y los otros forman parte del Grupo de los Doce, convocados por Nor­ma
Román Calvo hace 20 años. A este grupo pertenecen Wilebaldo López,
Mi­guel Ángel Tenorio, Dante del Castillo, Tomás Urtusástegui, Marce­la
del Río y el de la voz. Tres fallecieron: Antonio González Caballero, Pa­blo
Salinas y Tomás Espinoza. El Grupo de los Doce ha vuelto a reorganizar­se
y acaba de publicar dos antologías de textos breves.
Sabina Berman es la dramaturga que desde principios de los ochenta
representa el éxito de la triple unión entre textos de gran calidad, direccio­
nes acertadas y aceptación del público con sus obras (
Bill, Entre Villa y una
mujer desnuda, Krisis
y
Feliz Nuevo Siglo, doctor Freud
).
El caso de David Olguín se cocina aparte. Autor y director de sus propias
obras (
Casanova o la humillación, Belice, Dolores o la felicidad
y
Siberia
), no
puede decirse traicionado por su director. Con otros creadores (Gabriel
Pascal y Daniel Giménez Cacho) fundan El Milagro, una editorial de tea­
tro y un nuevo espacio escénico en la colonia Juárez.
Los directores Héctor Mendoza, Luis de Tavira, Ludwig Margules, Juan
José Gurrola, Germán Castillo, José Solé, Miguel Sabido y Xavier Rojas si­
guen enriqueciendo la escena y dirigen teatro en el inba, la unam y a veces
en los teatros comerciales.
En los ochenta y noventa, en la ciudad de México, sorprende una gene­
ración de nuevos directores: José Caballero, Raúl Quintanilla, Enrique Pi­
neda, Ionna Weisberg, Sandra Félix, Antonio Crestani, Mauricio Jiménez,
Claudio Valdés Kuri, Martín Acosta y últimamente Claudia Ríos.
Un dramaturgo solitario que pertenece a varias generaciones es José Ra­
món Enríquez, actor de origen, director por vocación y dramaturgo por de­
cisión, que escribe con el rigor del teatro clásico y trata temas poco frecuen­
tados (
Ciudad sin sueño, Jubileo
y
La rodaja
).
Después del movimiento de la Nueva Dramaturgia Mexicana, viene una
importante generación de jóvenes dramaturgos (Estela Leñero, Jorge Ce­