Académicos

El pasado 26 de abril se llevó a cabo la sesión pública solemne en la que el escritor Élmer Mendoza leyó su discurso de ingreso como miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua en Culiacán, Sinaloa. La respuesta al discurso estuvo a cargo de Felipe Garrido, actual director adjunto de la corporación. A continuación se presentan ambos textos:

Élmer Mendoza. Discurso de ingreso a la...

El pasado 24 de abril de 2012 se llevó a cabo la ceremonia de entrega del Premio Xavier Villaurrutia 2011 al escritor y actual director adjunto de la Academia Mexicana de la Lengua, Felipe Garrido. En el acto participó Vicente Quirarte, académico de número. A continuación presentamos "La estética del relámpago", discurso con el que Felipe Garrido agradeció el reconocimiento, así como las palabras que...

El escritor jalisciense y actual director adjunto de la Academia Mexicana de la Lengua, Felipe Garrido, habló sobre su trabajo como editor de algunas obras de Carlos Fuentes.

Al respecto de su relación laboral en el Fondo de Cultura Económica, con la edición de Gringo viejo y un volumen de cuentos, Garrido dijo que: “Fueron largas jornadas. Me tocó revisar su original y comentar con él algunos...

Con motivo del 91 aniversario luctuoso del poeta zacatecano Ramón López Velarde, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes anunció la aparición de la obra Novedad de la patria del escritor y director adjunto de la Academia Mexicana de la Lengua, Felipe Garrido. A través de esta publicación, se recuerda a uno de los poetas mayores de las letras mexicanas. La obra forma parte de la colección...

Una vida y una obra heroicas

Alfonso Teja Zabre

Felipe Garrido

“Una vida heroica es la mejor enseñanza” escribió por ahí, tal vez en alguna de las numerosas ediciones que ha tenido su Vida de Morelos, Alfonso Teja Zabre. No está de más recordarlo ahora, en tiempos que de muchas maneras reclaman que haya más hombres y mujeres dispuestos a buscar para sus vidas, para sus obras, fundamentos más...

Más vale

Para Saúl Juárez

–No hay nadie, jefe –me dice el velador; aprieta la mandíbula y algo alza la cabeza frente a mí, de manera que yo puedo ver los pliegues que la piel le forma en el cuello.

–¿No lo oyes? –le pregunto y trato de verlo a los ojos, pero el hombre conserva la mirada fija en algún lugar de la bóveda de ladrillo que techa la oficina.

–Es tarde, jefe –dice. Yo veo...