Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
HACE ALGUNOS AÑOS se me pidió que diera mi opinión en relación con el texto de la Ortografía de la lengua española, que la Real Academia Española, junto con la totalidad de academias, preparaba para su publicación. Entre otras observaciones señalé entonces mis dudas relativas a la manera en que se proponía la redacción de la regla correspondiente al signo de puntuación que debería emplearse para separar, en una cifra, los decimales. Sugería yo que, como primera alternativa, se recomendara el uso del punto (3.1416, por ejemplo) y, sólo como segunda opción, se señalara la posibilidad del empleo de la coma (3,1416). Esta propuesta no fue tomada en cuenta. La redacción definitiva del asunto, en la edición oficial (Espasa, 1999) quedó en los siguientes términos:

"Usos no lingüísticos del punto (…) b) Es aceptable, de acuerdo con la normativa internacional, el uso del punto para separar la parte entera de la parte decimal en las expresiones numéricas escritas con cifras. Por ejemplo: 3.1416. Pero en este caso es preferible el uso de la coma" [p. 89]

"Usos no lingüísticos de la coma. Se utiliza la coma para separar la parte entera de la parte decimal en las expresiones numéricas escritas con cifras. Por ejemplo: 3,1416. No obstante, la normativa internacional acepta también el uso del punto en este caso" [p. 90]
 
        En esas reglas —aunque no muy claramente— se expresa la razón por la cual no se consideró aceptable mi sugerencia. Ciertamente se dice que, por normativa internacional, puede usarse el punto. No se escribe, sin embargo, que la recomendación de usar coma obedece a una norma internacional, aunque se deduce del texto de las reglas. Aunque no he podido encontrar la norma internacional, sí he consultado la normativa española que en ella se basa. En un documento titulado Norma española. Principios generales relativos a las magnitudes, las unidades y los símbolos, se anota lo siguiente:
"Signo decimal. El signo decimal es una coma en la parte baja de la línea. (En los textos escritos en inglés puede utilizarse, también, un punto, siempre en la parte baja de la línea) […]. Nota.- Según una decisión del Consejo de la ISO , el signo decimal es una coma en todos sus documentos" [p. 46]
 
        En otro documento semejante se lee:

"El signo para separar la parte entera de la parte decimal de un número será una coma, tal y como indica la norma UNE 82100-0 en su página 18 […] Para quienes escriben en inglés la norma da la siguiente: Nota 17. En los textos en inglés puede utilizarse un punto en lugar de una coma. Si se utiliza un punto deberá ir en la parte baja de la línea. Según una decisión del Consejo de la ISO , el signo decimal es una coma en todos sus documentos […]. La coma es reconocida por la Organización Internacional de Normalización ISO (esto es, por alrededor de 90 Estados del mundo) como único signo ortográfico en la escritura de los números, utilizados en documentos y normas técnicas […] La grafía de la coma se identifica y distingue más fácilmente que la del punto."

        De lo anterior puede deducirse que, en efecto, la ISO tomó la decisión de emplear, en todos sus documentos, la coma para separar decimales. Ello no quiere decir, pienso yo, que esa decisión deba verse como una norma obligatoria fuera de la ISO. En todo caso no he encontrado ese ordenamiento preciso. Vamos a suponer que sí exista. También existe, según parece, la otra norma o, si se quiere, la excepción de la regla: en inglés se emplea (o puede emplearse) el punto (no la coma) para separar los decimales. Lo importante aquí, me parece, es que la excepción de la regla (el inglés), cuantitativamente, es mayor que la regla misma. Creo que nadie puede poner en duda que el volumen de los textos escritos en inglés es mayor a la suma total de textos escritos en otras lenguas. Esto es particularmente cierto en la llamada red o internet.
        En los documentos citados o, al menos, en alguno de ellos, creo percibir un equívoco. Que la organización conocida como ISO haya determinado emplear, en sus documentos, la coma para separar los decimales es una cosa y otra, muy diferente, que en cada uno de los 90 países que forman la ISO se haya establecido o adoptado esa regla. Esto último no parece cierto. Pienso que en muchos países que pertenecen a la ISO (quizá en la mayoría), además de los de lengua inglesa, se emplea el punto para separar decimales. Valdría la pena saberlo con precisión. Es probable, por otra parte, que España haya determinado atenerse a la norma (interna) de la ISO para evitar así que alguien piense que, empleando el punto, imita la costumbre de la lengua inglesa. Por mi parte, tengo mis dudas de que en el casi general empleo del punto decimal en los países hispanohablantes del continente americano deba verse una influencia del inglés.
        Ahora bien, independientemente de lo anterior, si lo que se pretende al redactar una Ortografía es alcanzar la apetecible y muy útil unidad de todos los hispanohablantes al escribir en español, habría convenido, antes de fijar la regla de la coma (y la excepción que tolera el empleo del punto), investigar cuántos hispanohablantes emplean habitualmente el punto y cuántos la coma. Sé que el argumento numérico o demográfico es particularmente antipático a muchos lingüistas y filólogos españoles. Y yo estoy de acuerdo con ellos cuando ese tipo de argumentos se emplean para rebatir razones de otra naturaleza (etimológicas o históricas, por ejemplo). No es éste el caso. Aquí se trata simplemente de que el empleo del punto o de la coma para los decimales no atañe sólo a la lengua española, sino que es una determinación que afecta a todos: en el mundo entero, unos pocos emplean la coma, y muchos emplean el punto. A esto debe añadirse que, sin duda, la mayoría de los hispanohablantes empleamos el punto. La redacción de la nueva Ortografía habría sido espléndida ocasión para recomendar a todos el uso de la mayoría. No deja de ser curioso que la regla recomiende al 80 % de los hispanohablantes —puede ser más— que cambie su hábito de emplear el punto y use coma. ¿No habría sido más lógico —y más fácil de lograr— recomendar al 20 % —puede ser menos— que se adhiera al uso mayoritario del punto?
        Recuerdo que hace algunos años, durante una difícil discusión académica relativa a la inclusión en el diccionario del dígrafo ch en el apartado de la letra c —y no como letra aparte—, uno de los principales argumentos que llevaron a tomar ese histórico acuerdo fue precisamente el que sólo el español reservaba, en el diccionario, un apartado especial a la ch, ya que todas las lenguas que tienen ese dígrafo (el francés, el inglés…) lo consideraban dentro del apartado de la letra c. Ganó la determinación más práctica. No convenía aislar al español; era mejor adherirse al hábito de las otras lenguas: en la reciente edición del DRAE la ch forma parte de la c. Es posible que algo semejante esté sucediendo con los que emplean la coma para separar decimales: están quedándose aislados. En este mundo furiosamente globalizado no conviene quedarse aislado, ni siquiera por el empleo de una coma por un punto.

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