Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
ES PROBABLE que en el español contemporáneo, de México y de otras partes, el significado que con mayor frecuencia adquiere el verbo abordar, tanto en la lengua hablada, como, sobre todo, en la escrita, sea el de 'dar ingreso a personas en un vehículo': "abordé el autobús", "nos dijeron que abordáramos el avión", "es hora de abordar el tren". De ahí la frase que todos empleamos en los aeropuertos para referirnos al documento que, a manera de salvoconducto, nos permite entrar en el avión: pase de abordar.
        De conformidad con la definición de abordar en el DRAE, este verbo, en su primera acepción, significa 'llegar una embarcación a otra, chocar o tocar con ella, ya sea para embestirla, ya para cualquier otro fin, ya por descuido, ya fortuitamente'. Nótese que, independientemente del significado preciso, el sujeto de este verbo, según esta definición, es la embarcación misma. Hay otros significados en los que sigue siendo sujeto la embarcación: 'aportar (tomar una nave puerto), atracar, llegar a una costa, a una isla', etcétera.
        Vale la pena preguntarse si la voz abordar es la más usual, la más popular para referirse al ingreso de una persona en un vehículo. Creo que no, pues sigue sintiéndose como formal, como propia de ciertos registros de habla que no corresponden a la conversación habitual. En esas circunstancias el hablante suele emplear otros verbos, especialmente subir(se) y, en menor medida, entrar y embarcar(se): "a las ocho nos subimos al avión", "súbete rápido al coche", "entramos en el (al) tren cuando estaba por salir". Debe sin embargo aceptarse que, con referencia específica al avión, cada vez es más frecuente abordar. A propósito de embarcar(se), que sólo esporádicamente se emplea para vehículos que no sean embarcaciones, es la única voz o al menos la predominante para designar el hecho de subir o ingresar en un barco. Es decir que el marinerismo abordar, contra lo que podría esperarse, pocas veces sustituye a embarcarse.
        Tengo la impresión de que la voz abordar para referirse al hecho de subir al avión, al menos en el español mexicano, está muy enquistada y ello se debe sobre todo a que las compañías de aviación la han estado introduciendo de manera sistemática. Parece necesario, por tanto, añadir ésta al resto de sus acepciones en el DRAE. Se tratará de uno más, quizá el más reciente, de los abundantes marinerismos que, desde el siglo XVI, vienen penetrando en el español americano, esas voces que, como abarrotes o arbotante, abandonan su prístina significación marinera para adquirir una nueva, que nada tiene que ver con el mar.
        Esta nueva significación de abordar convivirá con otras, de carácter figurado, ya registradas en los diccionarios y de uso normal en México, como 'acercarse a alguno para proponerle o tratar con él algún asunto': "lo abordé cuando iba saliendo"; así como 'emprender o plantear un negocio o asunto que ofrezca dificultades o peligros': "el autor aborda muy bien ese tema en el libro".

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