Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
EN ESTA NOTA DESEO, por una parte, señalar lo que creo que es un error en la etimología que al verbo chocar asigna el DRAE y, por otra, hacer ver que algunos de los sentidos de chocar (y de su derivado chocante) pueden ser muy diferentes en el español mexicano y en el de la Península Ibérica.
        La Real Academia Española, en su Diccionario, suele en la mayor parte de sus artículos anotar entre paréntesis el origen de la voz de la que luego explica sus diversas acepciones. En el artículo referente a chocar observa que el origen de la palabra debe buscarse en su sonido, es decir, que tiene a su juicio una etimología onomatopéyica: "de la onomatopeya choc", escribe. Recuérdese que una onomatopeya es un fenómeno del lenguaje que consiste precisamente en una "expresión cuya composición fonémica produce un efecto fónico que sugiere la acción o el objeto significado por ella [...] imita los sonidos significados por ella" (Helena Beristáin, Diccionario de retórica y poética). Por mi parte creo que el origen del verbo español chocar puede estar en el francés choquer; es decir, que se trata de un viejo galicismo. Coincido en ello con Guido Gómez de Silva (Breve diccionario etimológico de la lengua española).
        Por lo que respecta al significado del verbo chocar, me limito a señalar que hay alguna acepción que parece propia o casi del español peninsular y alguna otra que sólo o preponderantemente se emplea en el español mexicano (o quizá americano). No se trata de la primera y principal, que es propia de toda la lengua española ('encontrarse violentamente una cosa con otra'), sino de las siguientes: 1) 'causar extrañeza'; 2) 'resultar pedante o antipático'. La diferencia de estas dos acepciones puede verse mejor en el adjetivo derivado chocante: 1) 'que causa extrañeza'; 2) 'pedante, antipático'. Tengo la impresión de que la primera acepción es privativa del español europeo o, al menos, ajena al español mexicano. La oración "el final de la película me resultó muy chocante" puede tener diversos significados si la dice un madrileño o un mexicano. Para el madrileño el final de la película fue raro, sorpresivo, extraño, inesperado. Para el mexicano fue antipático, pedante, empalagoso, fastidioso. Asimismo, la expresión "persona chocante", que para un mexicano (o americano) significa 'persona antipática, pedante', para un hispanohablante europeo quiere decir algo así como 'persona rara, extraña'.
        Como se ve, conviene saber estas diferencias dialectales, pues se evitan así malos entendidos, como el que me tocó presenciar en un congreso en España, cuando un ponente mexicano quedó muy ofendido porque su colega español, intrigado, le hizo ver que su comunicación le había resultado chocante.

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