Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
LA VOZ CHOCLO, diferente del quechuismo homónimo que significa 'mazorca tierna de maíz' y que tiene extenso uso en Sudamérica, procede del diminutivo latino soccolus, que a su vez es derivación de soccus, que en español produjo zueco. Choclo es, según los diccionarios, un chanclo de madera o suela gruesa. Por su parte, chanclo viene a ser una especie de sandalia que se pone debajo del calzado y se sujeta por encima del pie con tiras de cuero, y sirve para preservarse de la humedad y del lodo.
        Según esa definición, para el dialecto madrileño (entre otros) el choclo tendría, con respecto al zapato, una relación que Roland Barthes calificaría de sintagmática; esto es, que se trataría de prendas que por yuxtaposición pueden llevarse simultáneamente sobre un mismo lugar del cuerpo. Como el conjunto camiseta/camisa/saco, aquí se puede hablar de calcetín/zapato/choclo.
        Ahora bien, en el español mexicano, me parece, el vocablo choclo tiene otra acepción. No sé si todavía hoy, pero hace tiempo cualquier zapatero distinguía, por ejemplo en calzado para niños, un choclo de una bota. Si esta última resguarda el pie y parte de la pierna (puede simplemente cubrir el tobillo), aquél, en el español mexicano, designa un tipo de calzado que sólo resguarda el pie. Además normalmente cuenta con cintas o agujetas, con lo que vendría a oponerse también al mocasín, que no las tiene.
        Como se ve, en el sistema léxico del español mexicano el choclo no establece con zapato una relación sintagmática, sino paradigmática (o sistémica, en terminología de Barthes), pues forma parte de un grupo de prendas que no pueden llevarse simultáneamente y cuya variación corresponde a un cambio del sentido expresado por el vestido. Así como cachucha puede formar parte de un grupo del tipo de tocado/boina/sombrero de ala ancha, en el español de México choclo entraría en un conjunto de oposiciones paradigmáticas como bota/pantufla/huarache...
        Es evidente que muchas veces una diferencia léxica puede afectar no sólo la nómina de vocablos de un dialecto dado, sino también, estructuralmente, el sistema de oposiciones en un determinado campo semántico.

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