Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
EN ALGUNA OTRA NOTA me refiero al libro Teleperversión de la lengua (de Fontanillo y Riesco, Barcelona, 1990). Permítaseme seguir usándolo, al menos como pretexto, para otras reflexiones gramaticales: en la p. 43, dentro del apartado de "formas indebidamente apocopadas", anota el siguiente texto: "la inflación es superior al catorce por cien," y señala que lo correcto era haber escrito ciento.
        Ciertamente, en la expresión transcrita es mucho más común, y por ende más recomendable, la voz ciento que el apócope cien, tanto en España como en América. Ahora bien, la expresión tanto por ciento (y no tanto por cien) tiene fundamento en la regla que dice que el cardinal ciento sólo puede apocoparse cuando desempeña función adjetiva y nunca cuando funciona como sustantivo. Esto significa que, por una parte, debe decirse cien libros, cien hombres, etc., y, por otra, que conviene emplear ciento en expresiones como "quien hace un cesto hará ciento" (obsérvese en efecto que, para la rima, no cabe aquí cien). Es curioso, sin embargo, que cuando la Academia, en el Esbozo de una nueva gramática, busca textos literarios que justifiquen su regla, acaba poniendo más ejemplos con cien que con ciento (en casos que, conforme a la regla, debería escribirse ciento). Al menos así lo hacen los escritores hispanoamericanos que cita: "¿Cuántos hombres, entre cien, saben cómo funcionan las locomotoras?" (A. Nervo); "les doy desquite de los cien" (R. Güiraldes), etc. Y aun en españoles: "llovían las piedras como si hubiese cien por cada bando" (R. Sánchez Mazas). Los ejemplos de uso canónico de ciento que transcribe la Academia, al menos eso creo, no son precisamente de autoridades: "Y otro (billete) de ciento" (M. R. Carrión), "¡un ciento por ciento, qué barbaridad!" (Gigantes y cabezudos). Se citan también algunos modismos y refranes que podrían reflejar más un empleo en cierta medida arcaico o al menos fosilizado que un uso generalizado y actual: ciento y la madre, ciento y pico, ciento y raya, más vale pájaro en mano que ciento volando (para este refrán en México preferimos cien).
        Reconoce la Academia que el uso de cien en vez de ciento "parece muy extendido, especialmente en América". En efecto, nadie aquí diría "dame una moneda de *ciento". Creo empero que tampoco lo dicen actualmente en España, y pongo por tanto en duda la afirmación académica de que "en España predomina ciento". Lo que no señala el Esbozo y convendría tal vez anotar es que para designar un 'centenal' (cien objetos de algo) la voz que se emplea es ciento (y no cien): no decimos "un *cien de naranjas" sino "un ciento de naranjas".

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