Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
HACE ALGUNOS AÑOS no faltaba quien creyera ser más elegante cuando, al pluralizar algún latinismo, empleaba la forma latina y no la española. No era raro, entonces, leer cosas como los currícula o, más curioso aún los currícula vitarum, para referirse a varios historiales académicos o laborales. En efecto, en latín los sustantivos neutros de la segunda declinación (terminados en -um) hacían su plural en -a: templum ('el templo') > templa ('los templos'). Por tanto a algunos parecía permitido y, repito, hasta recomendable, pluralizar el latinismo currículum (neutro singular) como currícula (neutro plural). Y si el sigular era currículum vitae ('carrera, espacio de tiempo, historia de la vida') -donde curículum era nominativo neutro singular y vitae genitivo singular- pues el plural debería ser curricula vitarum ('historias de las vidas'), donde curricula es nominativo neutro plural y vitarum genitivo plural. Tal vez como reliquia de este prurito latinizante quedó, en el español de nuestros días, los currícula o la currícula (neutro latino plural) para designar 'planes de estudio' o algo semejante: "...al mantener invariantes sus antiguas curricula, o apenas alteradas con un incremento de los cursos de medicina preventiva..." (Gonzalo Aguirre Beltrán, 1986). Felizmente este desagradable currícula no ha ingresado aún en el DRAE. Ojalá logre desterrarse pues se trata de una defectuosa adaptación española (?) del anglicismo curriculum ("course of study in a school, college, etc.", explica el Oxford Keys). Tan defectuosa es la adaptación que, hoy, en español, pueden leerse variantes de todo tipo, algunas francamente disparatadas: "una serie de currícula redactados por...", "cuando un profesor contratado tenga un currícula competitivo...", "...el resto de la currícula...", "para incluir en las currícula un espacio de...", etcétera. Desde 1986 el DRAE incluye la voz currículo con el sentido de 'plan de estudio'. Esta adaptación del anglicismo es sin duda mucho mejor que la otra (*currícula). Ahora bien, la tercera acepción de currículo es curriculum vitae. Ello permite, por tanto, ver como más recomendable el plural los currículos (para historiales académicos) que el rebuscado plural latino *los currícula (vitarum).
        Sigo con los plurales neutros latinos. Ciertamente, desde 1869 se registra, en el DRAE, la voz latina memorandum ("librito o cartera en que se apuntan las cosas de que uno tiene que acordarse"). Sin embargo, por una parte, no se consigna el plural memoranda y, por otra, en la edición de 1970 aparece ya la forma hispanizada memorando (con el sentido de memorandum, ya que memorando, como 'memorable' ["lo mismo que memorable"] aparece desde 1734." Por tanto puede deducirse que hoy parece recomendable memorando y memorandos (frente a memorándum y memoranda). En cierto tipo de registros técnicos, especialmente en el lenguaje propio de la filología, cada vez se emplea más, como plural de corpus ("conjunto lo más extenso y ordenado posible de datos o textos científicos, literarios, etc., que pueden servir de base a una investigación"), no el plural los corpus, que recomendaría la morfología, sino el plural neutro latino los corpora ("...procedimientos alternativos, basados en córpora y en ejemplos..."). Mi opinión es que, por una parte, el latín corpus significaba 'cuerpo' y el plural corpora, 'cuerpos'. Cuando, en español, corpus pasa a significar 'conjunto de datos o textos' no se trata ya de una palabra latina sino española (aunque tomada del latín) y, por tanto, sujeta a las reglas morfológicas y ortográficas del español, una de las cuales dice que los nombres bisílabos graves terminados en -s no se modifican cuando se pluralizan: la caries > las caries y, por tanto, el corpus > los corpus. Y, por otra, glosando a los escolásticos medievales, no sunt multiplicanda entia sine necessitate: no hay que multiplicar los seres (las palabras) sin necesidad. Si ya existe los corpus, ¿para qué inventar los córpora?
        Reconozco que, aquí y allá, no pocas veces, he visto escritos los plurales currícula memoranda, corpora, etc., todos ellos neutros latinos. Lo que, hasta hace poco, nunca había visto ni oído es el curioso plural latino (masculino) los campi (equivalente a los campus). La semana pasada llegó a mi cubículo -paréntesis: cubículo es otro simpático latinismo que, al menos en la UNAM, empleamos los investigadores para referirnos a la pequeña oficina donde despachamos. El DRAE de 1729, sobre esta voz, anota que vale por 'aposento' y "es voz afectada de los que quieren hablar culto y tomada del latino cubiculum, que significa lo mismo"- llegó, pues a mi pequeño despacho un documento que debe sumarse a la voluminosa legislación universitaria y en el que se habla de los campi de la Universidad. El latinismo campus, con el significado de "conjunto de terrenos y edificios pertenecientes a una universidad", lo tomó el español del inglés y aparece en textos desde principios del siglo XX. En latín, campus era un sustantivo masculino de la segunda declinación, cuyo nominativo plural era, en efecto, campi. Sin embargo, cuando pasa al inglés y después -eso es lo que aquí importa- al español, se somete a las reglas morfológicas de esas lenguas y, por tanto, no cambia en plural: el campus, los campus: el campus de Ciudad Universitaria, los campus de la Universidad Nacional Autónoma de México... Lo preocupante en este caso es que sea la propia legislación universitaria la que introduce este innecesario (y falso) latinismo (*los campi). Digo falso porque, en español, campus ya no es una voz latina sino, en todo caso, un anglicismo procedente del latín. Y en español (como en inglés) la voz campus es la misma en singular y en plural: el campus, los campus.

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