Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
HACE TIEMPO, en un artículo editorial de un importante diario de circulación nacional, apareció el siguiente texto: "El Estado (sic, con mayúsculas) de derecho es violentado por la impunidad de quienes detentan el poder y que, cuando se sienten amenazados, recurren al chantaje" (las cursivas son mías). Creo que en ese pasaje, además de una mayúscula innecesaria, se está empleando con impropiedad el vocablo detentar. Antes de justificar esta opinión, debo poner en contexto el párrafo citado. El editorialista aludía a las mañosas triquiñuelas que dos partidos políticos (serían en definitiva tres) iban a hacer (e hicieron), para que no se llevara a cabo el juicio de procedencia que pudiera conducir al desafuero de un senador. Casi nadie estará de acuerdo con los procedimientos que en este caso (y en otros muchos) emplean las personas y los grupos políticos, sobre todo cuando se ven amenazados. Pero tampoco nadie que conozca la lengua española estará de acuerdo en que esos grupos o personas detentan el poder, sobre todo si se trata de un representante o un grupo de representantes populares elegidos legal y legítimamente por los ciudadanos. El verbo detentar, en el DRAE, tiene la siguiente definición: "Retener y ejercer ilegítimamente algún poder o cargo público". Como segunda acepción, en el campo del derecho, que también viene al caso, se anota: "Dicho de una persona: Retener lo que manifiestamente no le pertenece". Una cosa es que muchos diputados y senadores hagan cuanta chicana quieren y otra que estén ejerciendo un cargo de manera ilegítima. Probablemente el militar que, con un golpe de estado, se apodera del mando de un país, sí está detentando el poder. El del editorialista que comento es un error muy frecuente: me parece que confunde el verbo detentar con los verbos tener o mantener o, más probablemente, con ostentar (más parecido fonológicamente a detentar) y que significa dos cosas: "mostrar o hacer patente algo" y "hacer gala de grandeza, lucimiento y boato". En efecto, muchos de nuestros representantes populares ostentan el poder, lo muestran, lo presumen, lo hacen patente, generalmente con lucimiento y boato. Muchas veces, además, lo emplean contra los intereses de las personas que los eligieron. Pero si fueron elegidos de acuerdo a la ley, no detentan el poder, simplemente lo ostentan (y lo emplean mal).

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