Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
A FINALES DEL 2000 circularon elegantes invitaciones en las que se informaba que el presidente de la República, que acababa de asumir el cargo, ofrecería una cena en el Alcázar del Castillo de Chapultepec. Siempre me ha llamado la atención esa curiosa expresión: alcázar del castillo. Me suena pleonástica, me parece albarda sobre aparejo. El DRAE da como sinónimos los vocablos alcázar y fortaleza: un alcázar es una fortaleza. Sin embargo, cuando se revisa su origen, puede uno percatarse de que el vocablo alcázar procede del árabe al-qasr y el sustantivo propiamente dicho qasr (recuérdese que al es, en árabe, un artículo) tiene su origen en el latín castrum, que significa precisamente ‘castillo’. En definitiva, etimológicamente, alcázar es lo mismo que castillo. Si decimos “el alcázar del castillo” incurrimos en una curiosa tautología: el castillo del castillo.
        Valdría la pena preguntarse también si el llamado Castillo de Chapultepec es en verdad un castillo, stricto sensu. Los diccionarios exigen una serie de características para que una construcción pueda llamarse castillo. Según la Real Academia Española, en su diccionario, un castillo debe ser un ‘lugar fuerte, cercado de murallas, baluartes, fosos y otras fortificaciones’. Más aún, otros opinan que son construcciones propias de la Edad Media. Nuestro hermoso inmueble de Chapultepec más que un castillo semeja un palacio, es decir, o bien una ‘casa destinada para residencia de los reyes’, o bien ‘cualquier casa suntuosa, destinada a habitación de grandes personajes, o para las juntas de corporaciones elevadas’. Tal vez, el imponente edificio mexicano no sea castillo ni alcázar sino palacio, que tampoco es poca cosa.
        Volviendo a lo del alcázar del castillo, es probable que con ello quiera designarse una determinada parte del palacio, tal vez la más lujosa, la más impresionante. Además de la primera (y principal) acepción de alcázar (‘fortaleza’), tiene esta voz otra: ‘casa real o habitación del príncipe, esté o no fortificada’. Aunque no tenemos ya príncipes, sí tuvimos emperadores, uno de los cuales, después de acondicionarlo debidamente, habitó el palacio de Chapultepec. Al menos durante el brevísimo imperio de Maximiliano, Chapultepec fue, en efecto, un alcázar. Sin embargo el emperador no habitaba precisamente una parte del palacio (o, si se quiere, del castillo) que se llamaba alcázar, sino simplemente vivía en el Alcázar de Chapultepec. Me pregunto: los que hablan del alcázar del castillo ¿están realmente pensando que se llama así por haber sido habitación de príncipes o simplemente les parece que con esa frase se designa una parte del llamado Castillo de Chapultepec?
        En resumen: 1) parece ser que Chapultepec no es un castillo; 2) además, los castillos no tienen alcázares (en todo caso un castillo puede funcionar como alcázar). Yo lo llamaría el Palacio de Chapultepec y, si deseo referirme a sólo una parte, empleo su nombre: la terraza, tal o cual salón, etc. Si las voces castillo y alcázar son inevitables, porque ya están consagradas por el uso, hablemos simplemente del Castillo de Chapultepec o del Alcázar de Chapultepec, mejor que del Alcázar del Castillo de Chapultepec.

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