Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
EN ESPAÑOL EL LÉXICO TAURINO no sólo resulta plenamente castizo sino incluso peculiar, en no pocos casos exclusivo de esa fiesta, en buena medida intraducible: tauromaquia, toreo, torero, taurino, torería, burladero, coso, paseíllo, afarolado, derrote, taleguilla... No pocos vocablos de origen taurino han venido adquiriendo en el léxico general interesantes valores figurados: torear como 'entretener las esperanzas de uno engañándole', 'hacer burla de alguien', 'fatigar, molestar a uno, llamando su atención a diversas partes u objetos'. De torero procede la expresión saltarse algo a la torera ('omitir audazmente y sin escrúpulos el cumplimiento de una obligación o compromiso'). Normalmente, además, el vocabulario de la fiesta de toros es particularmente preciso: subalterno ('torero que forma parte de la cuadrilla de un matador'), alternativa ('ceremonia por la cual un espada de cartel autoriza a un matador principiante para que pueda matar alternando con los demás espadas'). En ocasiones los vocablos y expresiones taurinos son no sólo precisos sino también bellos: como cuando con la voz verónica, que remite a la tradición cristiana del paño en que quedó impreso el rostro sangrante de Cristo, se designa el 'lance que consiste en esperar el lidiador la acometida del toro teniendo la capa extendida o abierta con ambas manos enfrente de la res'. En el par al quiebro, el banderillero "hurta el cuerpo, con rápido movimiento de cintura, al embiste del toro". Excelente ejemplo de bella precisión metafórica es el verbo —esencial en el arte de la tauromaquia— templar ('ajustar el movimiento de la capa o la muleta a la embestida del toro, para moderarla o alegrarla'). Gracias al temple, el toro, encelado, echa la cabeza al suelo y, prendido de la muleta ('bastón del que pende un paño encarnado, que ayuda en la lidia al matador'), el torero lo embarca, lo sujeta y tira de él; es entonces cuando puede con él.
        Hace algunos años, especialmente en las crónicas taurinas de la televisión —en las que, dicho sea de paso, creo que suele haber un envidiable y justo empleo del idioma, si se les compara con otras, como las del futbol o las llamadas sociales, o las del mundillo del espectáculo y la farándula—, viene empleándose en México la expresión romper a bueno [el toro]: "después del tercio de varas, el toro rompió a bueno". En el léxico taurino romper significa 'comenzar a mostrar sus cualidades el torero o el toro'. Tomo la definición del Diccionario del español actual [de España] (de Seco, Andrés y Ramos); el DRAE no consigna esta acepción de romper. Dos observaciones: 1) romper puede aplicarse tanto al torero cuanto al toro; creo que en México sólo o predominantemente se dice de los toros. 2) Tengo la impresión de que en la acepción taurina de romper, por cualidades suelen entenderse las buenas cualidades. Si esto es cierto, no parece necesario decir "el toro rompió a bueno" sino simplemente "el toro rompió". En el diccionario citado se transcribe el siguiente ejemplo, tomado de una crónica taurina del periódico español El País del 10 de agosto de 1979: "Quinta salida en Madrid de El Mangui y sigue sin romper —que dicen los taurinos—. Sus apoderados, la empresa, incluso los aficionados, todos esperamos que rompa".

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