Refrán que dice lo que enuncia. Se aplica a quien, por la circunstancia que sea, ha quedado receloso. Tiene la forma de un consejo. Forma parte de los refranes usuales en los universos mexicanos de la charrería o el rancho. La primera de las dos partes de que consta indica las circunstancias, la segunda el consejo. Hay rima consonante entre el primero y segundo hemistiquios. Variante: "al caballo palpado, nunca lo montes confiado" (F. 49, 90 y 116).