Refrán popular que, en forma sentenciosa, establece que las cosas se toman según sea quien las diga. Tiene el mismo sentido paremiológico que refranes como "a palabras locas, razones cortas"; "a palabras necias, oídos sordos"; "a boca de borracho, oídos de cantinero; "a palabras de borracho, oídos de cantinero". Este último refrán equivale exactamente al nuestro: el jicarero es el que atiende a los clientes en una pulquería sirviéndose de una jícara. Tiene la forma de los refranes estructurados según el esquema mal remedio.