Refrán exclamativo de origen popular. Literalmente significa lo que enuncia; paremiológicamente, en cambio, se aplica, censurándolas, a situaciones de alguna manera percibidas como magnificadas. Dentro de la escala de la comida en los niveles sociales bajos, el taco de sal ocupa el último lugar de una escala cuyos extremos son señalados por el refrán: el taco de sal, abajo, la cena, en la parte más alta de la escala. En el refranero mexicano hay otras secuencias que también reflejan, a su modo, la escala social: por ejemplo entre el atole, en la parte baja, y el chocolate, en la alta; o entre los frijoles, en la parte más baja de la escala social, y el jamón o el pollo, en la parte alta. Variantes: "a todo le llaman cena, aunque sea un taco sin sal" (F. 64 y 80); "a todo le llaman cena, hasta a una tortilla con sal" (F. 66 y 90).