Refrán ranchero tradicional que denota poco aprecio por los caballos de pelo alazán o color canela y el todavía menor aprecio hacia los caballos de pelo color tostado o de color pardo. Accede a que se acepte el caballo alazán si es regalado. El caballo de pelo tostado, ni así. En las tradiciones paremiológicas hispánicas son muy frecuentes las opiniones contrarias sobre el "alazán tostado". Formalmente, el refrán consta de dos hemistiquios con rima en medio construidos, a su vez, según estructuras paremiológicas tradicionales. El primero es una sentencia condicional en que "alazán" rima con "dan"; el segundo, una frase apodíctica en que riman "tostado" y "dado".