Refrán popular que enseña lo falso que es el amor entre personas alejadas. Se aplica en todas las situaciones y formas de lejanía amorosa. Tiene la forma de una sentencia formulada en dos hemistiquios pentasílabos con rima consonante. Se atiene a los moldes tradicionales en la paremiología hispánica. También se enuncia como "amor de lejos, es de pen... sarse" (F. 66 y 90), que funciona como una ingeniosa variante en que, bajo la forma de un refrán de cabo roto, se sustituye por eufemisno la palabra "pendejos" por "pensarse", enunciado de tal manera los puntos suspensivos que "pen" evoque automáticamente en la mente del oyente el vocablo "pendejos" que, por ello mismo, encuentra sorprendentemente ingeniosa la terminación que en vez de ello escucha: "sarse".